La prensa española hace números en un mercado con una base de 3,3 millones de usuarios

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Con los años el mercado de la prensa española se ha vuelto cada vez más particular. Principalmente porque, a día de hoy, España representa una excepción dentro de la apuesta por las suscripciones digitales. Existen algunas iniciativas que buscan el pago directo de los usuarios, pero son minoría en un sector dominado por una oferta de noticias gratuitas.

Sin duda las experiencias fallidas de las dos últimas décadas es algo que tienen muy presentes las grandes cabeceras nacionales en el diseño de su estrategia del cobro por contenidos digitales, paso que esperan dar en la segunda mitad del año el grueso del sector: El Mundo, El País, La Vanguardia o La Voz de Galicia.

Pero al margen de que la hoja de ruta de las suscripciones se haya trazado a través de un profundo proceso de análisis e investigación, hay una incógnita que pesa como una losa a la hora de apostar por un modelo concreto. Se trata del promedio de usuarios dispuestos a pagar en nuestro país por informarse.

Un 11% de los encuestados por el Reuters Institute en 2017 afirmaba haber pagado por noticias digitales en España, lo que representaba un aumento de dos puntos respecto al año anterior. Se prevé que esta tasa haya aumentado en el último año. No obstante, teniendo en cuenta que la población digital en España ha tocado techo en los 33 millones de usuarios únicos, el mercado parte de una base de 3,3 millones.

Un 11% de los encuestados por el Reuters Institute en 2017 afirmaba haber pagado por noticias digitales

Estos son algunos de los datos que recupera el consultor y experto digital Pepe Cerezo enSuscripciones, «the new black»‘, dosier en el que hace un repaso del estado de la cuestión de un modelo que domina el debate actual del sector. En él refleja, por ejemplo, que además de presentar una de las culturas de pago más bajas en términos globales, en España es uno de los países que menos arriesga en esta línea.

A falta de un modelo único y extrapolable a todos los medios, Cerezo advierte que cada uno «tiene que realizar un análisis pormenorizado que les permita encontrar el modelo que más se adecue a las necesidades y a las características particulares de su organización. De este modo, no solo la compañía sino las cabeceras dentro un mismo grupo, deben identificar y adaptarse a la modalidad que mejores resultados aporte».

Haciendo un repaso de los distintos modelos de suscripción, cuyo auge en los últimos años se explica por la caída de los ingresos provenientes del negocio tradicional (impresión y publicidad), vuelve a apuntar al muro de pago como la opción predilecta. Y dentro de los paywalls, identifica dos tipos: los duros o porosos.

«Los primeros no permiten el acceso al contenido de forma mayoritaria
sin una suscripción, mientras que los muros suaves presentan más flexibilidad y
admiten el acceso a una serie de contenidos en función de unas reglas previamente
establecidas que decide el editor; por ejemplo, discriminar por el número de
artículos al mes al que acceden, tiempo dedicado a leerlos, o por formatos, como por ejemplo limitar el acceso a los vídeos», destaca el consultor.