Maldita y otros verificadores radiografían los bulos del coronavirus

| 2 JULIO 2020 | ACTUALIZADO: 3 JULIO 2020 9:30

La generalización del confinamiento y otras medidas de protección frente al COVID-19 conformaron un caldo de cultivo para la propagación de información falsa o inexacta de todo tipo a lo largo de los meses de marzo y abril. Un informe realizado por Maldita y otras cuatro entidades verificadoras de Francia, Italia, Alemania y Reino Unido hace un repaso sobre los hitos desinformativos de esa etapa, que en algunos casos fueron trasnacionales y en otros representaron tendencias concretas de cada país.

Los rumores infundados más peligrosos se centraron mayoritariamente en cómo protegerse frente a la enfermedad. Representaron un peligro real en la medida en que circuló por mensajería y plataformas sociales que fumar podía ayudar a combatir el coronavirus o que un desinfectante podía ser igualmente útil. Algunas figuras públicas aportaron más ruido a la conversación general con aseveraciones sobre la eficacia de la hidroxicloroquina sin que la evidencia científica lo indicara.

Otra tipología clave es la de la conspiranoia sobre los intereses tras el COVID-19. El inmunólogo japonés Tasuku Honjo, ganador del Premio Nobel, llegó a figurar en uno de estos bulos sobre el presunto origen no natural de la enfermedad. Si esa corriente desinformativa hablaba de que la pandemia se originó en un laboratorio chino, otra apuntaba directamente al concurso de la tecnología móvil 5G como origen o catalizador de la enfermedad.

Sin embargo, el nombre clave en todo este periodo ha sido el de Bill Gates. El expresidente de Microsoft aparece al frente de una teórica conspiración general de expansión de la enfermedad cuyos detalles varían en función de quien la cuente o redifunda. A grandes rasgos su intención sería dominar el mundo o bien ganar dinero vendiendo vacunas. Estas a su vez han protagonizado una gama variada de bulos que abarcan desde la muerte de pacientes voluntarios hasta fechas irreales sobre su distribución.

Este clima de desinformación ha llegado al discurso público en forma de intervenciones de políticos. El informe señala que en España en concreto han circulado noticias falsas sobre las dinámicas de moderación en WhatsApp, algo que no se ha dado en el resto de países analizados, y que en nuestro país llegó a generar debates airados en sede parlamentaria.