Mejorar la audiencia interanual, último objetivo del presidente de RTVE antes de marcharse

| 18 NOVIEMBRE 2016 | ACTUALIZADO: 18 NOVIEMBRE 2016 11:32

José Antonio Sánchez cuenta las semanas para resolver su salida de la presidencia de Radio Televisión Española (RTVE). Dejó su cargo de directivo en Telefónica para hacerse cargo de la corporación a finales de 2014 por periodo de un año, pero los más de 300 días transcurridos hasta la renovación del Ejecutivo le han tenido finalmente dos años en el puesto.

De esta manera, mientras espera a que la voluntad política y el entendimiento se impongan en una Cámara más fragmentada que nunca en democracia para permitir la renovación en el consejo de la corporación, su máximo responsable se ha marcado varios objetivos para el colofón de su etapa.

Uno de sus principales metas, sino la más importante en la recta final de su mandato, es tratar de levantar en este último mes y medio la audiencia cosechada por la televisión pública durante todo el año. Una vez asumida que la influencia de Atresmedia y Mediaset es un yugo que cada vez se deja sentir más en la audiencia, la idea de Sánchez es dejar TVE con unos niveles superiores a los de 2015, lo cual todavía no está asegurado.

No es un propósito baladí. En primer lugar porque 2015 supuso el peor año en la historia de La1, cuya audiencia se quedó por debajo de la barrera del 10%. Concretamente, el primer canal público cerró con un mínimo histórico anual del 9,8%, si bien es cierto que, en el conjunto de sus cadenas, la corporación mantuvo el resultado de 2014 (16,7%).

Además de este nuevo rasante, los datos de 2015 arrojaron un indicador que no pasó desapercibido en Prado del Rey: la caída de notoriedad y audiencia en los informativos. Lejos de retroceder, esta tendencia no ha hecho sino avanzar y, como ejemplo de ello, solo dos de cada diez personas considera que lo informativos de TVE son objetivos, según el Panel de Hogares CNMC

Por otro lado, RTVE tiene que justificar la inyección extra de 50 millones de euros que recibió la corporación en su asignación presupuestaria de este año para los Juegos Olímpicos de Río. En este sentido, en las plantas nobles de Prado del Rey son conscientes del desastre que supondría registrar el peor share anual en la historia de la corporación el mismo año en que despidieron los Juegos Olímpicos.

2015 supuso el peor año en la historia de La1, cuya audiencia se quedó por debajo de la barrera del 10%.

Más aún teniendo en cuenta que el último liderazgo de audiencia mensual de TVE se logró, precisamente, durante la cita de Londres 2012. La1 cerró aquel mes con un share del 12,2%, empatado con Telecinco y por encima de Antena 3 (11,1%). Por su parte, Teledeporte marcó un 2,4% (resultado que fue mejorado en la edición de Río)

Para evitar que las campanas de la televisión pública repiquen a duelo por su audiencia a final de año, el consejo de administración ha aprobado en las últimas semanas la compra de los derechos de emisión del llamado Mundialito de clubes de la FIFA y de la Copa Inglesa de Fútbol (la Emirates FA Club). RTVE pretende mejorar el share de La1 con el primer evento y el de Teledeporte con el segundo.

No obstante, si bien el interés que puede suscitar el Mundialito parece más que razonado, aunque sea por la participación de equipos españoles, el de la competición inglesa no parece muy justificado. Muestra de ello es que en las emisiones que se ha hecho hasta el momento del evento no ha logrado mejorar el 0,2% de audiencia que apuntala Teledeporte desde el final de la cita olímpica, esto es, alrededor de 38.000 telespectadores. Un dato bastante bajo teniendo en cuenta que, según fuentes cercanas de la corporación, se habría pagado 2,4 millones de euros. El doble de la cantidad abonada por el Mundialito, cuyo coste rondaría los 975.000 euros.