Zeta valora ejecutar despidos en Ediciones B: Random House la quiere saneada
La diligencia con la que se selló el acuerdo de venta de Ediciones B habría dejado varias cuestiones pendientes de resolver. Penguin Random House y el grupo Zeta han negociado una serie de puntos relacionados con la situación del sello editorial que deberán abordarse antes de que se lleve a cabo el cambio de manos oficial y la fusión de catálogos.
Con frecuencia, prácticamente diaria, se habla del duopolio televisivo que conforman Atresmedia y Mediaset en España, pero el mercado editorial también es la competencia directa entre dos gigantes: Penguin Random House y grupo Planeta. En los últimos días la balanza se ha inclinado ligeramente del lado del primero después de cerrar la compra de Ediciones B por una cifra que rondaría los 40 millones de euros. Si bien el mercado juvenil de edición sigue estando dominado por Planeta.
No se discute la relevancia de esta operación, puesto que reforzará la cuota de mercado de Penguin Random House en el ámbito de habla hispana, pero la cantidad desembolsada supera con creces las cifras que se especulaban en el mercado.
Un informe de Deloitte publicado por Crónica Global este lunes valoraba el sello en 24 millones de euros cuando su facturación global es de unos 45 millones. No obstante, la razón que explica este aumento desbocado en el precio final radica en que el nuevo propietario ha pedido quedarse con una empresa saneada.
Fuentes del grupo Zeta explican el comité de trabajadores de Ediciones B ha sido citado el próximo 26 de abril para iniciar la negociación de un ajuste
Fuentes del grupo Zeta explican a DIRCOMFIDENCIAL que la empresa ha citado al comité de trabajadores de Ediciones B el próximo 26 de abril para iniciar la negociación de un ajuste. Y aunque el plan de recortes no se ha concretado, las posibles duplicidades que podrían crearse con Penguin Random House una vez integrados los sellos hace pensar en posibles despidos, en una plantilla que emplea actualmente a unas 70 personas.
Esta demanda viene precedida por la delicada situación estructural y financiera que atraviesa el grupo Zeta. Por un lado, la empresa lleva meses enfrentada con sus trabajadores. Primero por la demanda que interpusieron alrededor de 600 trabajadores argumentando que los directivos no se bajaron el sueldo en la medida de lo prometido, y segundo porque a comienzos del pasado marzo informó a la plantilla que no iba a poder recuperar las condiciones salariales anteriores al ERTE de 2014.
Por otro lado, Zeta está estudiando posibilidades para poder llegar a cabo una refinanciación de su deuda, que actualmente ronda los 99 millones de euros. A tal fin, estaría valorando poner sobre la mesa un nuevo ERE (como publicó El Confidencial hace unos días) o desprenderse de algunos activos.