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Los periodistas advierten a las agencias: las llamadas de seguimiento de notas de prensa son molestas e ineficaces

| 13 NOVIEMBRE 2023 | ACTUALIZADO: 14 NOVIEMBRE 2023 9:11

Asegurar una sólida y estrecha relación con los periodistas es uno de los propósitos esenciales de las agencias de comunicación. En las publicaciones de los medios se extraen determinantes KPIs para evaluar el desempeño de los consultores con sus clientes, en un entorno en el que el 70% de los contenidos en medios informativos están generados por gabinetes de comunicación, agencias y empresas, según indicó hace unos días la vicepresidenta de Dircom, Luisa Alli, en un debate celebrado por la FAPE en CaixaForum Madrid.

Periodistas también defienden ese vínculo con la consultoría, campo que certifica su tendencia al alza, donde pueden afianzar fuentes informativas de gran valor o cumplir sus expectativas laborales, dando un salto de la redacción a la oficina —al «lado oscuro», como se sigue denominando en el sector—, donde identifican mejores condiciones salariales. De hecho, las agencias consideran que los informadores de medios cumplen el perfil idóneo para gestionar cuentas.

“Las agencias son para los periodistas», opina Alli, «un lugar clarísimamente valioso, porque los equipos de comunicación de las empresas tienen limitaciones de presupuesto y personal«.

«La práctica nos dice que es muy complicado tener en las compañías equipos con perfiles tan marcados y polivalentes; sin embargo, consultoras y agencias de comunicación, gracias al crecimiento que están teniendo, sí pueden incorporar en sus plantillas perfiles periodísticos valiosísimos«.

No obstante, en esa relación con las agencias, los periodistas también detectan notables deficiencias, como la elevada rotación de consultores, lo que según éstos dificulta la interlocución fluida y puede mermar su confianza, o las labores de envío y seguimiento de notas de prensa, el asunto sobre el que los redactores se muestran más críticos.

«Parece que las agencias de comunicación se hayan convertido en una gran base de datos, que muchas veces no está trabajada ni pulida».

La redactora de Bloomberg, Macarena Muñoz, recibe diariamente en su bandeja de entrada más de un centenar de emails de notas de prensa. En su opinión, es «un delirio absoluto» que las agencias llamen sistemáticamente a periodistas para confirmar si han leído sus notas de prensa, y más aún, si la temática está alejada del foco de cobertura del redactor o incluso del medio.

«Parece que las agencias de comunicación se hayan convertido en una gran base de datos, que muchas veces no está trabajada ni pulida. Es fundamental que las actualicen para que su trabajo sea eficaz y no nos molesten, porque todo email que recibimos y no nos interesa es tiempo que nos quita de trabajo», lamenta.

Para esa labor de seguimiento telefónico, lamenta Muñoz, las agencias delegan en perfiles júnior que en numerosas ocasiones no dominan el terreno sectorial de la noticia sobre la que intentan convencer. «Se nota mucho cuando hablas con un júnior», admite.

La periodista de Bloomberg también identifica como asignatura pendiente de las agencias su limitada licencia para hablar con la prensa en representación de sus clientes. «Si te han contratado, deberían ser capaces y tener acceso inmediato a la información. Muchas veces llamas a la agencia y no saben de la empresa o no pueden acceder a directivos«.

«No se puede enviar a un periodista económico una información de producto, porque es absurdo».

El director del área de crisis de Atrevia, Juan Delgado, reconoce que cuando trabajaba como periodista en las redacciones de ABC y La Razón sufría «el rollo» de «recibir a las 11 de la mañana una serie de llamadas para preguntar si has recibido sus notas de prensa». Opina que en el sector «hay una confusión entre la comunicación marketiniana y corporativa. No se puede enviar a un periodista económico una información de producto. Es absurdo. Tiran de bases de datos y eso lo hacemos mal. Hay que distinguir».

Delgado también suscribe que los periodistas con experiencia en medios presentan un perfil atractivo para las agencias por su capacidad de «trabajar bajo presión, visión periférica y resolutiva», y se opone a que esta sea su primer destino profesional porque «están más perdidos que un pulpo en un garaje».

La directora de Tinkle Madrid, Nuria Salas, considera que «sin periodistas en la plantilla una agencia no podría hacer algo muy valioso, más allá de la comunicación, que es gestionar la influencia», y añade que la relación idílica entre ambos profesionales es «aquella en la que no parezca que las consultoras siempre queremos vender algo». El principal objetivo aquí es, a su juicio, lograr una relación «basada en la confianza y la gratuidad».