El fraude publicitario también logra sortear el protocolo ads.txt

| 8 FEBRERO 2019 | ACTUALIZADO: 11 FEBRERO 2019 11:00

La industria publicitaria instauró hace dos años un protocolo para luchar contra el fraude digital, denominado ads.txt (“Authorized Digital Sellers).

Básicamente, es un archivo .txt en el que los medios de comunicación digitales incluyen la lista de los vendedores autorizados para comercializar sus espacios publicitarios. De esa manera, se evita que un comprador adquiera inventario no autorizado.

Dada la sencillez de su aplicación, gran parte de los medios digitales incluyeron este archivo en sus servidores. Según Alexa, el 41% de las 1.000 cabeceras que controla lo ha implantado.

Pero DoubleVerify, empresa especializada en detectar el fraude publicitario, descubrió a finales del año pasado una trama que ha conseguido sortear el protocolo de ads.txt.

Esta trama ilícita, que podría haber recaudado entre 70 y 80 millones de dólares, utilizaba una red de bots que conseguían falsificar una web de un medio de comunicación, dotarla de apariencia real para, a continuación, vender los espacios publicitarios de esa web fraudulenta. Y esto lo hacían a través de un reseller (revendedor) incluido en el listado original de ads.txt del diario digital.

¿Cómo es posible que un editor autorizara en su archivo ads.txt un reseller fraudulento?

Pues básicamente por los momentos de dificultad que los medios están atravesando a la hora de obtener ingresos en Internet. Ha sido práctica habitual que muchos revendedores se pusieran en contacto con los medios para que les incluyesen en su archivo ads.txt. Ante esta petición, normalmente la cabecera decía que sí sin mayor comprobación de su licitud para no despreciar ningún ingreso extra. No es extraño, por tanto, que -según Alexa- la inmensa mayoría de los medios con ads.txt implantado incluyeran resellers en sus listado. Y algunos de ellos se ha demostrado que era fraudulento.