Los impulsores del boicot publicitario a las redes sociales quieren que se expanda a Europa
Una de serie de asociaciones sociales de Estados Unidos animaron a las grandes marcas la semana pasada a hacer un boicot publicitario a Facebook hasta que no atajen los discursos de odio que se vierten diariamente en la plataforma. Para ello, las entidades impulsoras (Free Press, Common Sense, Color of Change y Anti-Defamation League) pusieron en marcha la campaña «Stop Hate for Profit».
Han respondido a este llamamiento grandes marcas, entre la que están Coca-Cola, Starbucks, Unilever o Verizon. En total, más de 160 empresas se han sumado hasta ahora. Estas compañías suspenderán su inversión publicitaria en Facebook y, según los casos, en otras redes sociales, desde el 1 de julio y hasta que las plataformas no tomen medidas serias en la mediación de sus contenidos.
De momento, este movimiento ha tenido como epicentro a Estados Unidos, ya que se desató tras la muerte de George Floyd a manos de un policía en Minneapolis. Pero ahora, las asociaciones impulsoras quieren se convierta en un boicot global, según ha publicado Reuters. Para ello, han echo un llamamiento expreso a las marcas europeas a que se sumen a la campaña contra Facebook y otras redes sociales.
Desde Common Sense Media anuncian que «la próxima frontera es la presión global». Y es que solo Unilever y Honda han anunciado que suspenderán su inversión global en Facebook. En el resto, la medida solo se ciñe a los presupuestos publicitarios de Estados Unidos, no a los europeos. Desde esa entidad, animan también a las instituciones europeas a que sean más duras en la regulación de las redes sociales. En este sentido, la Comisión Europea anunció hace unos días nuevas pautas para que las compañías tecnológicas, incluida Facebook, presenten informes mensuales sobre cómo manejan la desinformación sobre el coronavirus.
En su respuesta a esta campaña, Facebook dice que se ha puesto manos a la obra y que ha contactado con grupos pro defensa de los derechos civiles para que les ayude en combatir los discursos de odio que se vierten en la plataforma. No obstante, desde la red social explican que la inteligencia artificial ya les permite acabar con el 90% de este tipo de contenidos antes incluso de los que usuarios los denuncien.
Facebook genera anualmente una facturación superior a los 70.000 millones de dólares. De esa cantidad, una cuarta parte procede de grandes marcas. El resto es inversión de pequeños negocios a lo largo del todo el mundo. De momento, esta campaña ya está afectando en su cotización, que se desplomó un 8% el viernes pasado.