Aumenta la desconfianza de los españoles en los medios de comunicación

| 24 ENERO 2022 | ACTUALIZADO: 25 ENERO 2022 8:34

España es uno de los países del mundo donde más desconfianza existe en los medios de comunicación. Así lo atestigua un año más el prestigioso estudio Edelman Trust Barometer en su edición 2022.

De acuerdo con este informe, la confianza en los medios volvió a bajar el año pasado, hasta los 40 puntos (2 menos que en el estudio de 2021). Con esta cifra, España sigue estando entre los países donde reina mayor desconfianza.

Relacionado con ello, España es de todos los países estudiados -un total de 28- el que más preocupación siente por las noticias falsas. Recibe en este indicador una puntuación de 84 sobre 100, tres puntos más que hace un año. Los países más desarrollados están lejos de esta cifra.

España es de todos los países estudiados el que más preocupación siente por las noticias falsas.

Bien es cierto que en cuanto a desconfianza de los medios, España está a un nivel similar a grandes potencias democráticas, como Estados Unidos (39), Francia (38), Reino Unido (35) o Alemania (47). Y entre los países donde sus ciudadanos más confían en los medios encontramos a China, Indonesia, India o Tailandia. Se puede concluir entonces que allí donde los medios están más en entredicho hay más democracia y prensa independiente.

Es significativo que hasta un 67% de los encuestados de todo el mundo aseguren que directamente los periodistas están mintiendo en sus informaciones. Es 8 puntos más que hace un año. Los medios están a la altura de los gobernantes en este aspecto. No es de extrañar entonces que los periodistas sean los líderes sociales que menos confianza generan en la sociedad, junto con los funcionarios de los gobiernos. Sobre esto, Richard Edelman, fundador y CEO de la firma de comunicación autora del informe, considera que «existe un círculo vicioso» en el que «los medios persiguen clics y el gobierno persigue votos, alimentando un ciclo de desinformación y división y explotándolo para obtener ganancias comerciales y políticas”.

No obstante, hay que remarcar que las redes sociales son aun menos confiables como fuente de información que los medios tradicionales, según el estudio.

En España, sus habitantes tiene menos confianza en los medios que en otro tipo de organizaciones, como las empresas, la Unión Europea o las ONG. Pero aun peor es la situación del Gobierno, que solo recibe 34 puntos en nuestro país. España es de hecho uno de los países donde la gente menos confía en su Ejecutivo, ya que solo están por debajo Colombia, Sudáfrica y Argentina.

En general, el clima de desconfianza en nuestro país está mucho más presente que en otros. En el índice elaborado por Edelman, España ocupa las últimas posiciones, con 45 puntos, misma puntuación que recibió en el estudio del año pasado.

Las empresas como motor del cambio

Al margen de la desconfianza generalizada en España -que se repite cada año-, el informe de Edelman de este 2022 remarca la creciente confianza de las empresas frente a los gobiernos, que se han visto incapaces de liderar la lucha contra la pandemia, según concluyen desde la consultora de comunicación. Más allá de la crisis sanitaria, la mayoría de los encuestados en todo el mundo considera que las corporaciones desempeñan un papel más importante en el cambio climático, la desigualdad económica, la reconversión de la fuerza laboral o la lucha contra la injusticia racial.

Esta corriente de pensamiento lleva también a que los consumidores sean cada vez más exigentes a la hora de decidir sus compras. Hasta un 60% de ellos elige las marcas en función de su compromiso social y un porcentaje similar de empleados opta por una empresa u otra en función de ese criterio. También los inversores (un 64%) deciden respaldar negocios alineados con estos mismos valores.

Por contra, la desconfianza cada vez permea más en los gobiernos. Las administraciones públicas tuvieron un pico de confianza a principio de la pandemia porque se creía que iban a liderar la lucha contra la crisis sanitaria. Pero pronto se vio que eso no sucedía. Desde entonces el nivel de confianza de los gobiernos ha caído en picado, sobre todo en las democracias desarrolladas.