Disney+ y HBO Max apenas mantuvieron la mitad de los usuarios de EEUU que atrajeron con grandes estrenos en 2020

| 1 FEBRERO 2022 | ACTUALIZADO: 13 SEPTIEMBRE 2023 14:10

La compañía especializada el análisis de suscripciones Antenna ha facilitado a The Wall Street Journal una batería de datos que vuelve a poner sobre la mesa la crudeza de la guerra del streaming. Según esa información, apenas la mitad de los estadounidenses que se dieron de alta en los tres días siguientes al estreno de contenidos muy esperados en Disney+, HBO Max y Apple TV+ durante 2020 seguía siendo cliente pasados seis meses.

De hecho, esas plataformas ya perdieron al cabo de un mes entre un 26 y un 31% de los usuarios que habían conseguido mayoritariamente por el lanzamiento de HamiltonWonder Woman 1984 y Greyhound, respectivamente. Esos estrenos habían promovido en cada caso un pico muy considerable de altas respecto al promedio habitual de la época para sus servicios, en circunstancias diferentes pero siempre afectadas por el coronavirus.

Hamilton es uno de los musicales más exitosos de los últimos tiempos y en principio Disney había previsto lanzar en cines su grabación. La pandemia hizo cambiar de planes a la compañía, que derivó la película a su plataforma de streaming más importante y obtuvo grandes resultados de captación. Wonder Woman 1984 fue el primer lanzamiento mixto de WarnerMedia en salas y HBO Max en el contexto de la crisis sanitaria, y su buen rendimiento precedió la controvertida estrategia híbrida para todo 2021. Y Greyhound fue comprada a Sony, que se vio sin posibilidades de estrenarla en cines, de modo que pasó a ser uno de los mejores productos del exiguo catálogo de Apple TV+.

La retención agregada de quienes se suscribieron para ver estas películas fue bastante peor que la que consiguió Netflix a través de Mank o la que proporcionó la cuarta temporada de El Cuento de la Criada a Hulu. En el primer caso a los seis meses se mantenía casi el 80% de las altas, mientras que en el segundo esa cifra estaba levemente por debajo del 60%.

La única plataforma que se comportó peor que Disney+, HBO Max y Apple TV+ en términos de fidelización durante esas fechas fue Peacock, el servicio de streaming de NBCUniversal, que emitió los JJOO de Tokio el año pasado. Ese contexto sirve para explicar que el gigante audiovisual haya decidido reorientar estratégicamente su pata de vídeo bajo demanda hacia la oferta sostenida parcialmente por publicidad, que cuesta cinco dólares frente a los 10 de la que no incluye anuncios.

El de la retención es un asunto crucial en ese sector, como ponen de manifiesto dos informes recientes de Deloitte: el primero de ellos revelaba en octubre la tendencia de las suscripciones intermitentes de jóvenes para consumir el contenido que les interesa sin comprometerse más allá de ese horizonte; y el segundo estimaba que a lo largo de este año se cancelarían más de 150 millones de suscripciones, en línea con el aumento de la tasa de abandono promedio hasta el 30% en todo el mundo.

Y a la vez esas tendencias coinciden con un aumento de la inversión por parte de todos los actores de la industria, que supera los 115.000 millones de dólares en el caso de los protagonistas más relevantes. Esa tensión augura episodios como el de la peor debacle de Netflix en bolsa en 10 años tras anunciar una cifra más baja nuevos clientes más baja de lo que preveían los analistas.

Antenna obtiene estas cifras a través de una extrapolación sobre información agregada por parte de aplicaciones que ayudan a gestionar las bandejas de entrada de correos o mantener presupuestos mensuales. De ahí se extrae información sobre transacciones relacionadas con servicios de streaming, así como confirmaciones de altas o cancelaciones.