EFE

La caída del negocio lastra el déficit de EFE hasta los 8,8 M

| 19 JUNIO 2020 | ACTUALIZADO: 23 JUNIO 2020 9:10

El guión de la agencia EFE apenas ha variado en la última década. Lleva desde 2008 navegando a lomos de la crisis que puso patas arriba al sector de los medios de comunicación, con el perjuicio de que en su caso no termina de remitir.

La agencia pública de información, que desde el pasado mes de mayo está presidida por Gabriela Cañas, cerró 2019 con unas pérdidas después de impuestos de 8,8 millones de euros.

Este resultado empeora ostensiblemente los números rojos por valor de 6,1 millones registrados el año anterior y situaba el fondo de maniobra negativo en 23 millones de euros al cierre del ejercicio. Ello aun cuando la empresa recibió en el transcurso del ejercicio una aportación extra de la SEPI por importe de 2,9 millones de euros que le permitió compensar la balanza de sus ingresos.

La compañía atribuye este aumento en el déficit al deterioro progresivo de su facturación. «Se mantiene la crisis de modelo de negocio que afecta al sector en el que opera la sociedad», reconoce EFE en su informe de gestión anual. Una situación afecta significativamente a los sectores de demanda tradicionales para la agencia, como son los medios y las instituciones. A esta realidad hay que sumar que en empresas y digital «no ha conseguido evolucionar de la manera que se esperaba, ya que son sectores difíciles de penetrar para una agencia de noticias».

Todo lo anterior se traduce en una nueva caída de sus ventas, principalmente en su servicio de noticias tradicional. Por otro lado, la comercialización de nuevos productos, como son la creación de vídeos y de contenidos digitales por encargo, no alcanza a compensar este descenso ni tiene todavía un peso relativo significativo en el conjunto del negocio, volviendo más necesaria todavía su necesidad de externalizarse.

En concreto los ingresos totales de la compañía ascendieron hasta los 87,89 millones de euros. Son medio millón más que en 2018, lo que se explica por el incremento en la compensación anual por servicio púbico, que pasó de los 51 millones a los 53,9 millones.

Si se descuenta esta partida, sus ventas reflejan una cifra de 33,9 millones de euros en 2019, frente a los 36,3 millones del año anterior. Su negocio se vio reducido tanto en el mercado nacional como en el exterior. A esta caída en la facturación se suma la subida en los costes de personal, que ascendieron a 65,5 millones de euros (+5,4%).

Con todo, la realidad de la empresa no es ajena para su plantilla. La dirección de EFE transmitió a los representantes sindicales en una reunión mantenida en abril que las pérdidas habían crecido por el descenso de dos dígitos en las ventas.

Ante el escenario de incertidumbre generado por la pandemia, los responsables de la agencia pública advirtieron que un empeoramiento de la situación obligaría a adoptar recortes laborales. Además de la presentación de un eventual Expediente de Regulación de Empleo (ERE), también se planteó Expediente de Regulación Temporal del Empleo (ERTE) según fuentes de CCOO.