Libération se convierte en entidad sin ánimo de lucro para sobrevivir

| 20 MAYO 2020 | ACTUALIZADO: 21 MAYO 2020 9:10

Tras más de dos décadas en números rojos, el diario francés Libération afronta un cambio trascendental para garantizarse un futuro. Pasará a ser una organización sin ánimo de lucro de la mano de su actual propietario, el gigante de las telecomunicaciones Altice, tal y como cuenta Digiday. “La mejor manera de que el periódico prospere y florezca es establecer un fondo, liquidar toda la deuda e inyectar suficiente dinero para que la compañía prospere en el futuro”, en palabras del CEO de la división editorial.

Eso supondrá que Altice pague hasta 50 millones de euros para cubrir los números rojos acumulados en los últimos años. Libération incurre en pérdidas de manera recurrente desde 1998 y en las cuentas de 2018 refleja un balance negativo de 8,9 millones. Aquel año ingresó 35 millones de euros y actualmente sostiene una plantilla de en torno a 200 trabajadores.

Pese a los 78.000 suscriptores con los que cuenta actualmente y su renombre entre el público francés, Libération no ha conseguido crear un esquema que lo hiciera sostenible a largo plazo sin causar pérdidas recurrentes a sus sucesivos accionistas. En parte por su aversión hacia la publicidad, que apenas supone el 15% de sus ingresos, y también por lo problemática que a veces resulta su línea editorial para algunos anunciantes. Tampoco han ayudado sucesivas crisis de gestión y propiedad que culminaron en la compra por parte de Altice en 2014.

Pese a haber sido el primer diario francés en tener versión digital, en los últimos años se ha visto desplazado por el exitoso modelo de Mediapart, que ha consolidado desde una posición editorial similar una masa de en torno a 150.000 suscriptores sin el peso del papel. A los problemas de transición digital de Libération se une su declive en los kioskos, ya que ha pasado de vender casi 170.000 ejemplares en 1999 a menos de 70.000 en 2018.

Este periódico es conocido por haber contado con el filósofo Jean-Paul Sartre entre sus fundadores, así como por su defensa de valores de izquierdas. Esa postura se sustanció en su primera época de funcionamiento bajo un esquema igualitario y sin jerarquías, que derivó en un cese temporal de actividad para emerger después con algunos cambios que hicieron viable el proyecto hasta la generalización de internet.