De izq. a dcha.: Luis Palacio, Victoria Prego y David Corral. Foto: Pablo Vázquez / APM

Los periodistas españoles sucumben a las presiones en tres de cada cuatro ocasiones

| 16 DICIEMBRE 2016 | ACTUALIZADO: 16 DICIEMBRE 2016 0:50

La crisis sufrida en los últimos años, que va ya para nueve años, ha trastocado seriamente la profesión y el oficio periodístico. El informe anual sobre la profesión que elabora la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) revela que desde 2008 el paro del gremio ha aumentado un 74%, situándose en los 7.890 profesionales. Pero este problema, identificado junto con la precariedad como la principal preocupación para el 53% de los periodistas encuestados en el estudio, no es el único que reverdece.

La independencia del profesional en su desempeño también se debilita año tras año y, por primera vez, la raíz de la problemática empieza a ser reconocida. Según los datos del informe, el 79% de los periodistas que trabajan en un medio de comunicación han sufrido presiones en algún momento durante el ejercicio de su carrera. Especifica que, de estos, el 9,7% de los trabajadores han recibido coacciones en múltiples ocasiones, el 17,4% en varias, el 21,7% en alguna ocasión y el 30,2% en pocas.

El resultado de estas coacciones surte efecto en el 74,8% de las situaciones en las que tiene lugar, la mitad de las veces (52,9%) llevados por el miedo a las posibles represalias. Cuando no se cede el 48,6% es relegado a otras labores, por lo que el 57,2% de los periodistas se autocensura su actividad.

Más allá del inestable marco laboral, los otros males que aquejan a la profesión son, en opinión de sus protagonistas, la mala retribución del trabajo (16%), la falta de independencia política o económica (12%) o la falta de rigor y neutralidad (6,7%).

Del otro lado, en el de la sociedad, se estima que entre las causas que contribuyen a perjudicar la imagen que se tiene de la actividad destacan el amarillismo y espectáculo que se hace de la profesión (48,3%), la falta de rigor (40,8%) o los intereses económicos o políticos de los grupos editoriales que los controlan (39,9%).

Hacia un negocio digital pero sin estructuras adecuadas

El autor del informe, Luis Palacio, opina que la situación actual de la periodismo enmarca un sector en el que lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer. Avisa de la necesidad de realizar una reestructuración completa del mismo.

Se refiere así no a un nuevo tijeretazo en las plantillas, cuyas estructuras difícilmente pueden adelgazar más, sino a una revisión en términos empresariales, de dimensión, organización y actividad que permita afrontar la tan proclamada transformación digital, que por lo general suele ir precedida de un nuevo anuncio de defunción del papel. La fecha desaparición de este soporte sigue sin definirse pese a que el 44% opina que este hecho se terminará produciendo.

«Los diarios siguen descansando en gran medida en sus ediciones en papel. En el equilibrio necesario entre los costes y los ingresos de las editoras, los recursos procedentes de las ventas de ejemplares y de la publicidad de las ediciones en papel siguen siendo irrenunciables, ante la escasa entidad de los procedentes de las suscripciones y la publicidad digitales», sostiene Palacio.

Por otro lado, en 2008, momento en el que se sitúa el inicio de la crisis, el acceso a Internet de los españoles rondaba el 30%. Hoy, ocho años después, la penetración a este medio llega al 70% aunque de acuerdo con el análisis del informe la mayoría de los medios de comunicación no han movido ficha para intentar anticiparse a su avance.

En este sentido, al tiempo que se han dejado de editar un gran número de publicaciones en papel y ejecutados decenas de EREs, el desarrollo de nuevas tecnologías han traído la democratización de la entrada al negocio mediático en Internet, donde las barras de acceso son mucho más bajas. Es, como se dice siempre, el dilema entre la oportunidad y amenaza que representa el entorno actual para el periodismo.

«Pinta un panorama difícil pero que otorga una cierta esperanza a los periodistas jóvenes porque hay caminos que se abren», comentaba Victoria Prego, presidenta de la APM. En su opinión, las nuevas herramientas favorecen la creación de pequeñas empresas periodísticas que, bien gestionadas, pueden sobrevivir y dar trabajo a un número reducido de periodistas. Lo que hace años se defendía como la especialización del sector en temas concretos.