Maldita y otros verificadores abren el debate sobre la reutilización de su trabajo para aumentar su impacto y garantizar su sostenibilidad
La comunidad de organizaciones que verifican contenidos en plataformas afronta un dilema que ha sido explicitado en un artículo firmado por varias de ellas, incluida la española Maldita. En él hablan de la llegada de propuestas de diferentes ámbitos para reutilizar la información que generan y del debate que deben afrontar en conjunto para fijar un código común de comportamiento sobre aspectos como monetización o compromisos éticos y legales.
Esa eventual conversación tiene como objetivo consolidar una respuesta unificada entre los distintos actores del sector ante las plataformas, de manera que las relaciones no sean asimétricas según el país o la organización, con lo que eso pueda implicar para la operativa en diferentes sitios. Y además invitará a la reflexión colectiva sobre dos cuestiones fundamentales para esta industria: su sostenibilidad económica y su capacidad para escalar esfuerzos.
IFCN, la red internacional de verificadores que los agrupa, está coordinando los esfuerzos para dar forma a esos debates y recoger las sugerencias de sus asociados. Los firmantes del texto consideran que esas conversaciones son relevantes para garantizar la operativa a largo plazo del sector en un momento en el que la desinformación es un problema creciente en muchas partes del mundo, con consecuencias potenciales de cada vez mayor calado.
El papel de estas organizaciones ha adquirido mayor importancia desde el estallido de la pandemia, ya que la desinformación se ha disparado en torno a sus circunstancias y consecuencias. Un estudio de Avaaz apuntaba en agosto que los contenidos falsos o incorrectos sobre el coronavirus han cuadruplicado en visualizaciones en Facebook a los elaborados por autoridades sanitarias y fuentes fiables, y la plataforma solo habría etiquetado de forma adecuada el 16% de esas publicaciones.
En julio Maldita y otros verificadores ya habían publicado un informe sobre los bulos más frecuentes relacionados con el coronavirus, que iban desde el presunto papel de Bill Gates hasta la supuesta influencia del 5G. Ese estudio identificaba WhatsApp como una de las vías cruciales de difusión de esta clase de contenidos, lo que explica que Facebook recortara en abril de cinco a uno los reenvíos para atajar estas dinámicas. Según la plataforma, esta medida habría reducido en hasta un 70% su viralidad, algo muy importante teniendo en cuenta que solo en España el uso de la aplicación se había disparado un 76% en esas semanas.