«Nos encontramos con los medios más politizados y polarizados de los últimos años»
Los medios de comunicación -sobre todo, los escritos- están actualmente en una grave crisis de modelo de negocio y también de credibilidad.
Este pesimismo sobre la situación actual de la profesión periodística fue plasmada por Íñigo de Barrón, periodista económico de El País y presidente de Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), en su discurso durante los la entrega de los premios Tintero y Secante 2019, celebrados la semana pasada.
El veterano periodista comenzó su discurso asumiendo que «debemos reconocer que nuestro prestigio social está en niveles muy bajos«. Situación a la que se ha llegado por los efectos de la crisis económica que ha golpeado de lleno a los medios y por la irrupción del cambio tecnológico, «que nos ha dejado, aparentemente, sin un modelo de negocio claramente sostenible».
También ha influido en ese descrédito el hecho de «habernos arrimado demasiado a los políticos, el sector más desprestigiado por los ciudadanos y nos han traspasado sus mayores males». «En ocasiones, los medios han tomado partido de una forma indisimulada, sobrepasando la aceptable posición ideológica, algo habitual en el resto de democracias desarrolladas», afirmó el presidente de APIE. Lo que ha provocado -según Barrón- que «nos encontramos con los medios más politizados y polarizados de los últimos años».
Retornar la credibilidad de los medios ante la opinión pública es hoy más importante que nunca, sostuvo Barrón, en un entorno en el que se ha producido una «eclosión de las noticias falsas y por la necesidad de establecer sistemas de pago en los soportes on line de los medios«. «Creo que podemos estar colocándonos en el peor sitio para iniciar estas dos tareas, ambas irrenunciables», opinó el periodista.
«Algunas compañías han aprovechado su fuerza financiera, frente a la debilidad de las empresas periodísticas, para tratar de influir en nuestro trabajo diario».
También se detuvo Íñigo de Barrón en los poderes económicos, «capaces de presionar y tratar de influir en los periodistas». «Algunas compañías han aprovechado su fuerza financiera, frente a la debilidad de las empresas periodísticas, para tratar de influir en nuestro trabajo diario. Y creo que es una estrategia equivocada porque aunque pueden tener éxito a corto plazo, acabarán contaminando el pozo y si desprestigian a los medios, a largo plazo no habrá mensajero a quien tratar de influir porque su reconocimiento social habrá caído en picado», mantuvo el presidente de APIE.
Sin embargo, no todos los problemas de los periodistas están fuera. «También hay fuego amigo», dice Barrón. «Entre nosotros han surgido en los últimos tiempos pseudoperiodistas, pseudo web informativas, que con apariencia de ser medios se han dedicado a buscar el negocio rápido mediante el chantaje o la coacción. Y esto también acarrea un gran desprestigio en un momento en el que el público confunde todo lo que aparece en las webs».