Ricardo de Querol | Foto: Moeh Atitar
Ricardo de Querol (El País): «Los lectores de prensa tienen derecho a saber qué informaciones han sido elaboradas por IA»
El subdirector de El País, Ricardo de Querol (Madrid, 1968), analiza en La Gran Fragmentación (Arpa) la letra pequeña que entraña la transformación digital. Un libro en el que el autor reflexiona sobre las ilusiones y decepciones en torno a esta era dominada por los algoritmos, las redes sociales o la inteligencia artificial.
De Querol, que estuvo al frente de la dirección de Cinco Días, defiende la necesidad de reforzar las ventajas que brindan estos saltos tecnológicos y corregir sus inconvenientes peligrosos, como la desunión que paradójicamente son, a su juicio, promovidos por las nuevas formas de comunicación. Un fenómeno que claramente acarrea consecuencias en el sector de la prensa, a la que dedica algunas de sus casi 300 páginas.
El periodista opina sobre Chat GPT que “aunque muchos nos sentimos amenazados, prefiero pensar que el criterio humano es insustituible”.
El autor explica a DIRCOMFIDENCIAL que la prensa «se ha sometido a una tormenta perfecta en estas dos décadas. Se ha enfrentado a una crisis de su modelo, que se acelera a partir de la aparición de los teléfonos inteligentes, a una crisis del papel que continúa y no tiene vuelta atrás, y a una pérdida masiva de ingresos por la huida de la publicidad a soportes digitales no necesariamente periodísticos”.
Con estos mimbres, en el que se ha consolidado el modelo de suscripción de pago en la prensa –solución aplaudida por el autor–, irrumpe la inteligencia artificial, y concretamente Chat GPT, la revolución tecnológica tan ovacionada como cuestionada en las redacciones.
De Querol opina que “aunque muchos periodistas nos sentimos amenazados, prefiero pensar que el criterio humano es insustituible”, y defiende que “los lectores de un medio de comunicación lo siguen porque se identifican con una serie de valores profesiones o criterios editoriales que sólo los humanos pueden asegurar”.
Sin embargo, el periodista también aprecia el valor añadido que puede aportar en las redacciones el chatbot desarrollado por OpenAI. “La inteligencia artificial –dice– puede descargarnos trabajo rutinario. Medios importantes, como Wall Street Journal, la BBC o la agencia Associated Press, están realizando información robotizada con estos sistemas, sin interpretación, como crónicas de bolsa, resultados deportivos o temas electorales”.
En todo caso, De Querol defiende que los lectores «tienen derecho a saber qué informaciones han sido elaboradas por inteligencia artificial y cuáles por un humano«, indicándolo, por ejemplo, en una nota al pie.
Periodismo y TikTok
Varios medios de comunicación están otorgando progresivamente mayor importancia a TikTok, la red social china más usada por los jóvenes, a pesar de las dudas que hoy acumula.
Sin embargo, De Querol advierte que el hecho de que esta red en pleno auge “esté dominada por chinos en un contexto de enorme tensión geopolítica, es un asunto bastante espinoso. Hay preocupación por lo que pueda pasar con la seguridad de datos en países occidentales y el riesgo de manipulación política puede ser tan alto o más que en Facebook”.
El autor reconoce que TikTok ha catapultado el consumo de vídeos cortos, un formato que “los medios tenemos que entender que atrae una fuerte demanda”, pero advierte que, pese a ser “un gran fenómeno, hay que recordar que en el mundo de las redes sociales todo cambia muy rápido”.
El subdirector de El País prevé un fortalecimiento de los pequeños medios especializados y un debilitamiento en la prensa local.
En este marco mediático, fuertemente marcado por la transformación digital, De Querol prevé algunas tendencias sectoriales como la perdurabilidad del “periodismo serio, de investigación, en profundad, que en los primeros años de los 2000 se le dio por muerto y sigue teniendo su sitio”, ya que “hay una capa de lectores más ilustrada o fiel, que sigue demandando grandes redacciones capaces de hacer grandes despliegues”.
El veterano periodista también pronostica un fortalecimiento de los “pequeños medios especializados, que encuentres un nicho muy concreto”, al contrario que la prensa local que, en su opinión, “lo tienen un poco más difícil, llamadas a ser muy dependientes de la publicidad local”. De Querol recuerda que EEUU está sufriendo un proceso masivo de cierres en prensa local que considera “preocupante y nocivo para su democracia”.
En cuanto a los grandes medios, reconoce que en los últimos años, muchos “cometieron el error de asistir a una batalla loca por la audiencia, con contenidos frívolos o tramposos, cuando los medios no deberían arriesgar su prestigio en este tipo de batallas”.
El subdirector de El País asegura que, pese al tono crítico en algunas cuestiones expuestas en el libro, ha querido alejarse del catastrofismo y aportar una visión constructiva.
