¿Son razonables las reclamaciones que hace FORTA contra el duopolio?

| 10 ABRIL 2017

Semanas atrás todo hacía presagiar un enfrentamiento entre los pequeños operadores privados de la TDT y el duopolio a raíz de la creación de una asociación paralela a UTECA. Sin embargo, el giro de los últimos acontecimientos han provocado que sea la Federación de Organismos de Radio y Televisión Autonómicos (FORTA) la que se haya puesto en pie de guerra contra el «duopolio de facto» de Mediaset y Atresmedia en el mercado publicitario.

Tal y como adelantó Vozpópuli el pasado lunes, la FORTA pretende que la CNMC acceda a regir ciertos aspectos del escenario audiovisual actual con el fin de corregir la posición de dominio que ejercen Mediaset y Atresmedia. Las autonómicas justifican su petición en las supuestos «prácticas abusivas» que ejercen estos operadores en el mercado publicitario, como serían la venta conjunta por canales o las ‘extraprimas’.

A esto cabe sumar que, según informó El Mundo, esperan poder reunirse este mes con el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, para pedir un «marco de financiación de las entidades audiovisuales públicas autonómicas estable a largo plazo».

UTECA, asociación que representa los intereses de las empresas de la TDT, no ha tardado en defenderse de esta actuación, asegurando que será ‘implacable’ ante cualquier intento de trabar su relación con los anunciantes. Esta es la respuesta a nivel patronal, puesto que individualmente el mensaje se ha centrado más en la crítica.

En 2016 las autonómicas únicamente recibieron un 6% de una facturación total de 2.121,9 millones de euros

Desde Mediaset han replicado a la FORTA que «cualquier cosa que diga un conglomerado de televisiones que ha desperdiciado sin contemplaciones el dinero de los españoles, convirtiéndose en el símbolo del uso impropio del dinero público, no puede tener ningún fundamento ni credibilidad».

Por su parte, el vicepresidente de UTECA y Atresmedia, Maurizio Carlotti, ha preferido utilizar su perfil en Twitter para tumbar estas reivindicaciones con una ristra de datos. En su relación de mensajes, aseguraba que el hecho de que los dos principales grupos acumulen más del 80% de la cuota del sector «es una consecuencia» de contar con el «el 70% del target comercial» y de la mala gestión de las televisiones autonómicas.

Aquí el empresario italiano recupera la respuesta de Mediaset al exponer que, pese haber contado la FORTA con una gran cantidad de subvenciones públicas y el acceso al mercado publicitario, su cuota ha descendido un 10% en el primer trimestre de este año. Así, una vez expuestas las réplicas de cada una de las partes implicadas, cabe preguntar hacerse la siguiente preguntas: ¿Están justificadas las reivindicaciones de las autonómicas?

En primer lugar, es palmario que, por la fuerza de concentración del duopolio, las cadenas autonómicas se han resignado a recibir una parte ínfima de la tarta publicitaria. Poco más del 6% el año pasado, lo que supone 126,9 millones de euros de un total de 2.121,9 millones, según datos proporcionados por Infoadex. Esta cifra contrasta con la obtenida por Mediaset (918,5 millones) y Atresmedia (893 millones).

Target comercial

La razón de este desequilibrio puede deberse a que, efectivamente, el duopolio envuelve bajo su programación a la mayor parte del llamado ‘target comercial’. Esta audiencia, que oscila entre los 18 y los 59 años, es precisamente la más deseada por parte de los anunciantes. Esto no quiere decir que el único modo de atraer publicidad sea llegando a este tipo de público, pero sí es verdad que es la pauta a partir de la cual suele regirse el mercado.

Al mismo tiempo, la estrategia que siguen Mediaset y Atresmedia a la hora de vender de manera conjunta la publicidad de sus principales canales tampoco facilita a recomponer el mercado. Como tampoco contribuyen los descuentos que negocian con las agencias de medios -las cuales ya de por sí trabajan con unos márgenes reducidos- por volúmenes de facturación.

Dentro de los equipos comerciales de algunas autonómicas no se han cumplido con los deberes marcados en los últimos ejercicios.

No en vano, al ser este último un aspecto desregularizado donde entran en juego la eficacia comercial de cada operador, fuentes consultadas reconocen que dentro de los equipos comerciales de algunas autonómicas no se han cumplido con los deberes marcados en los últimos ejercicios.

En cualquier caso, más allá de los ingresos procedentes de la publicidad está la cuestión de las subvenciones públicas, que si bien acumulan unos años de crecimiento, obligan a las cadenas públicas a depender en gran medida de ellas. Según datos de la CNMC, en los nueve primeros meses del año pasado crecieron hasta los 1.279,60 millones de euros, lo que representa un aumento del 36,4% con respecto al 2015. Pero, aún teniendo en cuenta este concepto, el duopolio sigue acumulando un tercio de los ingresos total del sector; la mitad si no se tiene en cuenta a los operadores de pago.

Por último, para intentar culminar la cuadratura del círculo que enfrenta a televisiones públicas y privadas, el coste que asume cada habitante en el servicio audiovisual. Un estudio de finales de 2016 liderado por la Universidad de Santiago de Compostela desvelaba que la televisión pública (refiriéndose a RTVE) cuesta al año 38,9 euros a cada español, frente a los 66,9 de media de sus homónimas europeas.

Más adelante, en esas mismas páginas, se establecía una relación entre los efectos de los recortes en los recursos con un descenso en la audiencia. Una consecuencia que reconocía el secretario general de la FORTA, Enrique Laucirica, a El País: “En el sur de Europa, donde el modelo de financiación es más inestable, la crisis ha tenido mayor influencia y la audiencia se ha resentido”.