Miguel Lucas LLYC como portada de su artículo sobre IAMiguel Lucas.

Miguel Lucas: Cuando la IA conquistó el lenguaje humano

| 14 ABRIL 2023 | ACTUALIZADO: 14 ABRIL 2023 14:14

El lenguaje humano, que siempre había sido uno de los frentes más esquivos a la Inteligencia Artificial, ha sido definitivamente conquistado por los modelos masivos del lenguaje (LLMs) con ChatGPT a la cabeza. Ante la sorpresa de muchos que todavía no consiguen imaginar para qué usarlos en su día a día, aparecen voces expertas que afirman que el hecho de que las máquinas hayan aprendido definitivamente a comprender y hablar el lenguaje humano tiene unas implicaciones de tal calibre que suponen el comienzo de una nueva era marcada por posibilidades y desafíos que nos transformarán como especie.

Para los profesionales de la comunicación y el marketing, que las máquinas sean capaces de generar y comprender nuestro lenguaje a nivel humano son incuestionables: primer borrador de un contenido a golpe de sólo un clic, multitud de alternativas inmediatas a titulares que captan atención o resúmenes de contenidos en tiempo real, por sólo citar algunos. Pero por muchas que sean las nuevas posibilidades, nadie pone en cuestión que las IA generativas, y en especial, las del lenguaje humano, entrañan muy importantes riesgos.

«Por muchas que sean las nuevas posibilidades, nadie pone en cuestión que las IA generativas, y en especial, las del lenguaje humano, entrañan muy importantes riesgos».

Recientemente, un grupo de más de mil profesionales de la Inteligencia Artificial, entre los que se encontraba Elon Musk, han firmado una carta abierta pidiendo pausar, al menos durante 6 meses, el entrenamiento de nuevos y más potentes modelos del lenguaje, con el objetivo de tener tiempo para reflexionar sobre los profundos riesgos que entrañan para la sociedad: escalado sin precedentes de la desinformación y manipulación, destrucción de empleo, dilemas éticos y posibles violaciones de la privacidad, entre los más destacados. Otros expertos de la tecnología dudan que detener el desarrollo de la IA pueda ayudar de alguna manera, entre ellos, Bill Gates, mucho más centrado en los innumerables beneficios que reportará seguir avanzando.

Nos enfoquemos más en los riesgos o en las oportunidades de la Inteligencia Artificial, lo que parece incuestionable es que los principales dilemas asociados a la IA ya no son de índole tecnológica: nos urge centrar la cuestión en reflexiones en las que desde la filosofía, la antropología o la sociología exploremos las soluciones a los retos a los que como sociedad nos enfrentamos.

Es fundamental profundizar en la definición de los límites éticos de la IA, así como reflexionar sobre conceptos fundamentales como la consciencia, la identidad y la autonomía en el contexto de las máquinas inteligentes. No menos importante resulta analizar el impacto de la Inteligencia Artificial en las culturas, las comunidades y las relaciones interpersonales, identificando cómo estas nuevas tecnologías pueden perpetuar, combatir o generar nuevas formas de discriminación y desigualdad.

El trepidante ritmo de avance en que vivimos, hace necesario imprimir mayor velocidad en la formulación de políticas públicas en materia de IA, nuevos marcos normativos que garanticen el respeto a los derechos humanos y la inclusión de las comunidades más vulnerables. La participación de expertos en filosofía del derecho y ciencias políticas será esencial para la construcción de un futuro tecnológico más democrático y justo.

La labor de los profesionales de la comunicación será central para ayudar a la sociedad a comprender las implicaciones y desafíos de la IA y poner en valor aciertos y errores en el proceso. Desde la óptica del marketing, la integración ética de la potencia que aportan los modelos de lenguaje masivos, a buen seguro, marcará la diferencia entre los que sobrevivirán y seguirán adelante con un fuerte impulso y los que se quedarán por el camino.

«La labor de los profesionales de la comunicación será central para ayudar a la sociedad a comprender las implicaciones y desafíos de la IA».

Por último, no podemos olvidar la importancia que los educadores, historiadores y artistas tienen en la difusión de una visión más amplia y reflexiva de la IA. Su papel será fundamental para ayudar a que la sociedad avance en un nuevo contexto en el que la  IA tiene un protagonismo central, fomentando un debate público informado y crítico que contribuya a la toma de decisiones conscientes y sostenibles.

La velocidad a la que ha conseguido avanzar la Inteligencia Artificial en el ámbito del lenguaje en los últimos meses nos ha encontrado con el pie cambiado. Se avecinan tiempos de profundos cambios y parece que serán más pronto que tarde. Tenemos la necesidad de abordar con urgencia debates y reflexiones que nos lleven a hacer frente a los tremendos riesgos para la sociedad que se nos plantean. Solo así lograremos construir un futuro en el que la tecnología esté al servicio de la humanidad, y no al revés.