Webs y aplicaciones con contenido pirata ingresan alrededor de 1.300 M al año por publicidad

| 16 AGOSTO 2021 | ACTUALIZADO: 18 AGOSTO 2021 10:08

El pirateo de películas y espacios televisivos sigue siendo un buen negocio. Un informe realizado por el grupo de seguridad online para el consumidor Digital Citizens Alliance en colaboración con la empresa especializada en publicidad y robo de contenido White Bullet Solutions Limited lo cifra en torno a 1.300 millones de dólares anuales solo en publicidad a través de programática. Ese dinero procede en parte de marcas relevantes que ignoran que aparecen en ellos.

Esta circunstancia supone una cadena de problemas: el ya conocido para los tenedores de derechos de ese material, que sufren lucro cesante indeterminado en entradas de cine o suscripciones a servicios de streaming; el efecto negativo sobre la reputación de empresas que están financiando con sus campañas esas webs o aplicaciones sin saberlo; y el riesgo al que somete a los usuarios en torno a posibles esquemas de fraude o malware.

Los autores del informe concluyen que las cinco webs más importantes de este sector generan un promedio de 18,3 millones de dólares mediante publicidad, mientras que las cinco aplicaciones más destacadas están en una media de 27,6 millones. La notable diferencia a favor de las últimas explica que su número esté creciendo más rápido, de cara a aprovechar que obtienen más dinero en las pujas y generan mejores márgenes.

Google es uno de los actores clave que habilita la explotación de material ilegal y su tecnología es especialmente usada para ello en aplicaciones móviles.

Y esas campañas captadas son de muchos de los principales anunciantes de EEUU, aunque Amazon, Facebook y Google aportan en conjunto el 73% del total. Eso significa que esos tres gigantes tecnológicos prácticamente sostienen la actividad de muchos de esos entornos de pirateo con una cantidad indeterminada de millones de dólares al año. Sin embargo el estudio apunta que Amazon concretamente ha rebajado de manera considerable su presencia en ellos, lo que indicaría que está trabajando en la resolución del problema.

Lo que estaría habilitando la mayor parte de esta inversión es la programática, que alcanzó los 129.000 millones de dólares de planificación global en 2020 y que se adapta muy bien a los intereses de webs con contenido ilegal que llegan a superar los 800 millones de visitas mensuales. El análisis indica que la tecnología publicitaria más usada en ese soporte la aportan AdsKeeper, RUNative o Traffic Stars, mientras que en aplicaciones la más relevante viene de la mano de Google CDN, Start.io y Google Ad Tech. Todas ellas sirven campañas display, pero también contenido patrocinado.

El papel preponderante del gigante de las búsquedas en la financiación de material pirata a través de aplicaciones pone en cuestión sus capacidades para garantizar entornos seguros a los anunciantes. Y a su vez aporta en torno al 5% de la inversión de grandes marcas en esa publicidad, de modo que los autores afloran la paradoja de que haya estado pagando millones de dólares a esta clase de espacios para colocar sus propios anuncios.

El estudio es el resultado de un año de investigación, en el que los autores han podido comprobar que muchos de esos espacios de pirateo sobreviven saltando de dominio en dominio y utilizando redirecciones para evitar ser cancelados, y además emplean tácticas variadas para esquivar los bloqueadores publicitarios. Sumando esos ingresos por anuncios a la venta de suscripciones ilícitas, que afloran de manera concreta por primera vez en este informe, esas webs y aplicaciones estarían generando en torno a 2.300 millones de dólares anuales.

Esta clase de revelaciones explica el auge de empresas como Integral Ad Science (IAS) o DoubleVerify, cuyo servicio se basa en garantizar la seguridad de las impresiones publicitarias. La segunda publicó recientemente un estudio en el que reflejaba que programática y compra directa están ya prácticamente igualdad en niveles de seguridad de marca y fraude, precisamente por el traslado de presupuestos a mercados privados y espacios de precios garantizados. Esas capacidades mejoran mucho el control sobre el destino de las campañas.