Antonio Asensio extiende su negocio audiovisual tras la venta de Zeta

La pasada primavera, Antonio Asensio se desprendió del negocio familiar al vender el grupo Zeta. A finales de mayo el hijo del fundador e histórico editor de Interviú, Tiempo (hoy desaparecidas) y El Periódico de Catalunya traspasó definitivamente la titularidad de la compañía a Prensa Ibérica tras una larga negociación que llegó a incluir hasta tres posibles compradores.

El que fuera presidente del grupo catalán se despidió de la plantilla a través de una carta, donde agradecía la dedicación y el empeño demostrado durante sus años al frente del negocio y les deseaba lo mejor para el futuro.

Aunque en la misiva no daba ninguna pista sobre su futuro profesional, dentro de la casa estaban al tanto de los planes del empresario para seguir cultivando su interés en el mundo del cine y la televisión.

El principal vínculo de Asensio con el ruedo cinematográfico pasa por Zeta Audiovisual. La productora se quedó fuera de la operación por estar segregada del grupo de prensa. El hecho de que Prensa Ibérica cuente con su propia rama audiovisual contribuyó al interés de Asensio de no incluirla en el acuerdo para seguir liderándola en esta nueva etapa.

Sus preferencias por el negocio de la producción le han llevado a iniciar una estrategia de expansión, que ha supuesto la creación de tres sociedades en el último mes. Se trata de Titan Aterriza, García La Serie y El Condor Pasa, constituidas a finales del mes de septiembre y, hasta donde ha podido saber este medio, sin actividad todavía.

El tridente de firmas está cobijado dentro de la estructura de Zeta Audiovisual y tiene a Asensio como principal responsable. Surgen en un contexto favorable para la productora, que en 2018 hizo caja con el taquillazo de Élite, una de las series más exitosas en Netflix.

Asensio quiere convertir su estudio audiovisual en una de las referencias del sector español a medio plazo.

Diversas fuentes del sector hablan del ambicioso reto que tiene entre manos Asensio: convertir su estudio audiovisual en una de las referencias del sector español a medio plazo, aprovechando la edad de oro que vive la industria en nuestro país.

A todas luces una empresa larga y nada sencilla, teniendo en cuenta los niveles de facturación de los que parte Zeta Audiovisual, por debajo del medio millón de euros en 2018 y 2017.

No en vano, cuenta a su favor con unas finanzas desahogadas, puesto que el préstamo de nueve millones de euros que mantenía con el Grupo Zeta quedó amortizado con el cambio de propietario.