El Confidencial reclama a El Confidencial Digital la exclusividad de la marca

| 9 ENERO 2017 | ACTUALIZADO: 9 ENERO 2017 1:00

Titania Compañía Editorial prevé acudir a los tribunales en, al menos, dos ocasiones a lo largo de este año. En la primera, ya se sabe, se citará ante los juzgados de lo mercantil para defenderse de la demanda por competencia desleal que le interpuso el Grupo Prisa el pasado mes de octubre. La propietaria de El País basa su argumentación en las informaciones publicadas por El Confidencial en las que se relacionaba a su presidente ejecutivo, Juan Luis Cebrián, con los denominados Papeles de Panamá.

En paralelo a esta disputa legal, que se desarrolla lentamente, el periódico editado por José Antonio Sánchez se está planteando entrar en litigio con El Confidencial Digital. Las razones que explicarían esta decisión se asientan en la similitud que guardan los nombres de cabecera de las dos publicaciones.

DIRCOMFIDENCIAL ha podido saber por diversas fuentes que los representantes legales de Titania Compañía Editorial se han puesto en contacto con José Apezarena para requerirle que renuncie al término ‘confidencial’ en la mancheta de su proyecto. Su intención es reclamar para sí la exclusividad de la marca ‘El Confidencial’, razón por la cual el pasado 13 de octubre solicitaron el registro del nombre comercial para Internet ante la Oficina Española de Patentes y Marcas. Por su parte, El Confidencial Digital hizo lo propio en agosto del año 2011 con la inscripción del nombre completo por un lado y de las siglas ECD por otro.

Según la base argumental sobre la que trataría de apoyarse el equipo jurídico de El Confidencial, la más que evidente coincidencia en el nombre habría inducido a error a muchas agencias de medios a la hora de contratar campañas publicitarias. Concretamente, argumentan que, debido al parecido entre una marca y otra, El Confidencial Digital ha podido arrogarse contrataciones de anuncios que en un principio se dirigían al digital dirigido por Nacho Cardero.

Titania Editorial apoyaría su reclamación en que la coincidencia de ambos nombres habría inducido a error a muchas agencias de medios en la contratación de campañas publicitarias

Bajo este razonamiento, El Confidencial estudia reclamar a José Apezarena un resarcimiento por los daños y perjuicios que hayan podido surgir de esta confusión en el caso de que no renuncie al nombre. En cambio, el periodista navarro podría cimentar su defensa en la antigüedad de su propia marca, toda vez que ambos proyectos nacieron en 2001, y en la profesionalidad de las agencias de medios.

Pero, ¿cuáles son las razones que llevan a El Confidencial a reclamar la exclusividad de su marca 16 años después? Básicamente una: su venta. Su editor y consejero delegado, José Antonio Sánchez, decidió ponerlo a la venta la primavera de 2015 al considerar que el proyecto se encontraba en un momento inmejorable como principal digital nativo en España. Situación que podría cambiar en el medio plazo tras la aparición de proyectos como OKDiario o El Español, que en su primer año de vida han logrado colarse entre los diarios digitales con más tráfico; o las fusiones entre portales que se han ido produciendo en los últimos meses.

Así pues, sus responsables han comprendido que resaltarse como marca única les permitiría consolidarse aún más en el sector, ya que actualmente son varios los proyectos editoriales que incluyen el término ‘confidencial’ en su nombre comercial. Y de este modo les permitiría elevar la valoración actual de la compañía.

No obstante, el asunto aún no ha pasado a mayores, ya que hasta donde ha podido saber este diario Titania no ha presentado ninguna demanda todavía. Por si acaso, El Confidencial Digital ha contratado los servicios del despacho de Alberto Elzaburu, especializado en casos de propiedad intelectual y de marca, para que estudie detenidamente la reclamación. Mientras tanto, el pasado miércoles, 4 de enero, Apezarena publicó en su blog un artículo que comenzaba destacando la actividad informativa realizada por su periódico a lo largo de 2016, y continuaba planteando los propósitos de cara al nuevo año.

En esta carta, el editor de El Confidencial Digital recalcaba el valor de su medio, para el que, dieciséis años después, su principio sigue siendo contar noticias «propias, exclusivas, que no hayan sido publicadas». Una máxima que, según aseguraba, cumple cada día sin recurrir a trucos ni a una simplificación del ejercicio periodístico. «Tenemos acceso a esas instancias porque hemos acreditado fiabilidad, porque no practicamos la chapuza, la maledicencia, la trapacería, el hacer daño, la tergiversación ni la traición. Porque no estiramos los datos para convertirlos en más interesantes de lo que en realidad merecen. Porque no inventamos».