«La expresión ‘noticia falsa’ es dañina para los medios de comunicación»

| 7 OCTUBRE 2020 | ACTUALIZADO: 8 OCTUBRE 2020 9:08

La desinformación es una de las mayores amenazas de la estabilidad global, debido al masivo poder de diseminación que tiene a través de las plataformas tecnológicas. Esta problemática centró la tertulia del primer programa del Foro de la Comunicación, de DIRCOMFIENCIAL, que se emite cada viernes entre las 13 y las 14 horas en Radio Intereconomía.

Protagonizaron este espacio de conversación Ramón Salaverría, profesor en la Universidad de Navarra y también asesor de la International Fact-Checking Network (IFCN), con sede en el Poynter Institute for Media Studies de Florida, Estados Unidos; y David Alandete, corresponsal de ABC en Washington.

En primer término, Salaverría quiso desterrar la expresión «noticias falsas» por ser «dañina» contra los medios de comunicación. «Cuando hablamos de noticias falsas o fake news hay un marco conceptual que refiere el engaño al marco de los medios de comunicación«. A este respecto, el experto quiso incidir en que «los contenidos falsos no llegan a la ciudadanía a través de los medios», sino que lo hacen mediante las redes sociales y las aplicaciones de mensajería, en las que «sí hay una voluntad expresa de engañar».

Ante la explosión de esta desinformación diseminada por las redes en el marco de las pasadas elecciones presidenciales de Estados Unidos y el referéndum sobre el Brexit, surgieron los denominados fact-checkers. A su vez, se creo hace cinco años la International Fact-Checking Network (IFCN), que básicamente hace una labor de verificación y de crear unas reglas de juego para esos fact-checkers. En España, hay tres plataformas avaladas por la IFCN: Newtral, Maldita y EFE.

Para pasar el filtro de esta entidad internacional, las plataformas españolas tuvieron que pasar una serie de comprobaciones procedimentales sobre sus metodologías de investigación, su transparencia informativa, financiera y de propiedad, entre otros criterios. Esta labor de certificación ha sido encomendada por la IFCN a Ramón Salaverría para el mercado español e hispanoamericano. «Es bastante laborioso hacer una certificación que suele llevar no menos de seis u ocho horas». Esta verificación, además, debe ser renovada anualmente.

En su caso, David Alandete destacó que los productores de desinformación «emplean hechos reales», pero «manipulan la perspectiva y las fuentes para crear esos contenidos falsos». Este fenómeno es, por tanto, «una perversión de las reglas del periodismo con la intención de subvertir las instituciones del estado«.