La nueva vida de Motorpress tras cambiar de sede, desvincularse de la matriz y repensar el negocio
El dicho popular de «año nuevo, vida nueva» se queda corto en el caso de la reciente historia de Motorpress Ibérica. La editora de revistas ha experimentado un sinfín de cambios, casi todos de calado, desde el último trimestre del año pasado hasta la fecha.
Partiendo de la base de que ningún hecho aislado ha precipitado la serie de acontecimientos, cronológicamente el primer cambio se puede situar a finales del 2018. Concretamente, a mediados de noviembre, cuando el equipo directivo de Motorpress Ibérica llegó a un acuerdo con la matriz alemana para llevar a cabo un ‘management buy out’ para desligar sus rumbos empresariales.
Esta operación financiera implicó la transferencia de la propiedad de la empresa a los actuales gestores de la filial española, aunque ambas compañías mantienen acuerdos de colaboración en materia de licencias y contenidos.
María Wandosell, la persona encargada de liderar a Motorpress Ibérica en esta nueva etapa, se comprometió a mantener el rumbo marcado tiempo atrás, consistente en estabilizar la actividad editorial al tiempo que se ahondaba en la diversificación del negocio. De hecho, en los últimos años ha pasado de ser una simple editorial de revistas, a generar más de un 40% de sus ingresos en nuevos negocios, principalmente eventos.
En enero de este 2019 tuvo lugar el segundo hito, cuando Hearst reclamó a Motorpress la gestión de las revistas deportivas y de estilo de vida Men’s Health y Runner’s World después de mucho tiempo editando conjuntamente.
El fin del acuerdo de explotación firmado ocho años atrás supuso el cierre de la empresa Hearst Motorpress. Además, la pérdida de estas dos publicaciones obligó a la editora a replantear su negocio y revisar su portfolio de publicaciones.
El último acontecimiento a destacar fue la venta del edificio situado en Ancora 40, la histórica sede en propiedad de Motorpress y que compartía con G+J. El inmueble fue puesto en el mercado hace unos años con el objetivo de «obtener los fondos necesarios para devolver las deudas a la matriz y dotar a la filial de los suficientes recursos financieros para acelerar el proceso inversor», explican desde la empresa.
Ha comenzado un nuevo ciclo inversor, apoyado por el beneficio cercano al millón de euros logrado en 2018 y los fondos obtenidos de la operación inmobiliaria.
En este sentido, podría decirse que el proceso de venta a un fondo de inversión, que se culminó en julio de 2018, favoreció el acuerdo entre los accionistas de Motorpress Stuttgart y la directiva española para dejar en sus manos el futuro de la empresa.
A este respecto, las fuentes consultadas destacan que desde 2017 la compañía se encontraba en un proceso de cambio que necesitaba de inversiones para poder acelerar la transformación de la compañía tanto externa como internamente.
Ya en sus nuevas oficinas, situadas en la zona de Madrid Río, ha comenzado un nuevo ciclo inversor, apoyado por el beneficio cercano al millón de euros logrado en 2018 y los fondos obtenidos de la operación inmobiliaria. Así, los proyectos desarrollados hasta el momento incluyen el lanzamiento de la revista Corredor y de dos aplicaciones relacionadas con el mundo del motor y los eventos, como son Be My Car y Go Vairal en colaboración con Igeneris.