Daniel Seijo, responsable de Menéame.

Menéame replantea su modelo de negocio tras recortar un tercio su facturación

| 14 JUNIO 2018 | ACTUALIZADO: 15 JUNIO 2018 9:15

Trece años después de su creación, Menéame se enfrenta ahora a un verdadero dilema existencial. El principal agregador de noticias en España considera que debe revisar de arriba abajo su modelo de negocio para tratar de garantizar el camino de la rentabilización.

La razón de este replanteamiento se encuentra en los mismos números de la plataforma. Con más de 20 millones de páginas vistas al mes y 8 millones de usuarios únicos, Menéame generó un volumen de ingresos de 86.000 euros el año pasado.

Esta facturación, que procede exclusivamente de la publicidad, no solo está lejos de la barrera de 200.000 euros que se marcaron sus responsables para el ejercicio y de las magnitudes del sector, también representa un descenso del 32% respecto a 2016.

Con estas cifras en la mano, resulta evidente que el negocio del agregador no se corresponde con su audiencia ni influencia. Un problema en la monetización del usuario que arrastra desde sus comienzos, tal y como reconoció su fundador, Ricardo Galli, en 2016, cuando cedió el control de Menéame a Remo Domingo y Daniel Seijo.

Sus responsables valoran implantar un modelo de pago, abrir un espacio de venta directa u ofrecer la tecnología del agregador a una empresa privada

Bajo la batuta de los nuevos socios se trató de impulsar los ingresos de la compañía llamando a la puerta de agencias y profesionales y desarrollando espacios publicitarios propios. Propósito nada fácil teniendo en cuenta la fuerte dependencia del sistema publicitario de Google, el perfil de usuario de Menéame y la baja carga de anuncios del portal.

Hasta cierto punto, estos tres factores permiten explicar la caída -de casi un tercio- registrada en el volumen de ingresos durante el 2017. Recorte que, sumado a la liquidación de algunos frentes legales, llevaron a la compañía a unas pérdidas de 8.000 euros el año pasado.

Sea como fuere, estas mismas circunstancias sí han pesado a la hora de revisar las fuentes de financiación del agregador. Cambios que, según ha expuesto el mismo Seijo, estarán basados en pruebas, en línea con las que se han ido realizando hasta la fecha en materia publicitaria.

Entre los proyectos a valorar destacan un prototipo de versión de pago sin publicidad, que no termina de convencer a sus responsables porque diferenciaría entre tipos de usuario; y un espacio de venta directa de productos, como el que tienen otros medios con plataformas como Amazon. Una tercera opción es la venta de la tecnología de Menéame a una empresa privada.

Al margen de estos proyectos, el principal caballo de batalla de Menéame sigue siendo la publicidad, hoy por hoy su principal fuente de ingresos. Como agregador social, la plataforma compite directamente con Facebook, que recoge un presupuesto publicitario infinitamente mayor, gracias a su voluminosa audiencia y su capacidad para segmentarla. La falta de «un equipo comercial, de diseño y técnico estable», consecuencia a su vez de la falta de anunciantes, no contribuye a esta situación de competencia desigual.

Por otro lado, la publicidad que aloja la plataforma a través de redes tampoco termina de funcionar como desean. En este sentido, los anuncios molestos son muy mal recibidos por los usuarios de la comunidad, poco receptivos a los cambios y a la publicidad en general. Una circunstancia que genera dificultades a la hora de mejorar el rendimiento de la web.

Tal y como reconocía el propio Seijo hace unos días en una entrevista concedida a El Independiente, “realmente nosotros queremos cambiar el sistema de acceso a noticias, no de modelos de negocio de publicidad. Desde ese punto de vista no podríamos trabajar con nadie del sistema».