Periodistas y comunicadores señalan a los nativos digitales como los principales difusores de bulos
La desinformación es un problema desde hace varios años. Internet ha posibilitado que los bulos se propaguen rápidamente sin control e impacten en multitud de personas.
Lejos de mejorar la situación, los contenidos falsos se han incrementado en los últimos tiempos con motivo de la pandemia. Así lo indica la investigación ‘Bulos y Desinformación’, realizada por Servimedia y Estudio de Comunicación, que han encuestado a periodistas, comunicadores y a la población en general.
Un tercio de la ciudadanía cree que la responsabilidad está en los medios de comunicación, de acuerdo con las conclusiones del estudio. No piensan así los propios periodistas, que echan la culpa de la propagación de bulos a la población en general (57%) y no tanto a la propia profesión (11%).
No obstante, preguntados los periodistas y comunicadores en qué tipo de medios de comunicación se produce más desinformación, la respuesta es contundente: un 75% señala a los nativos digitales, muy por encima de la televisión y la radio. Este porcentaje ha subido seis puntos respecto al anterior estudio de 2018.
Álvaro Nieto, director del digital de reciente creación The Objective, precisa en este punto que «no todos los nativos digitales son medios de comunicación«. «Los periodistas no somos los responsables del clima de desinformación», mantuvo en el debate posterior a la presentación de estudio. Es más, aclaró que «la mejor manera de protegerse contra los bulos es informarse por los medios de comunicación».
Álvaro Nieto (The Objective): «La mejor manera de protegerse contra los bulos es informarse por los medios de comunicación».
Al margen de ello, la mayoría de los periodistas y comunicadores encuestados opinan que los bulos se producen para perjudicar la imagen de personas o instituciones, y también sacar un beneficio propio.
Pese al incremento de la desinformación, lo cierto es que los receptores de los bulos admiten que sí son capaces de detectarlos. Solo un 12% de los encuestados entre la población general no lo hace y el porcentaje baja al 5% en el caso de los periodistas.
