Apple mejora las expectativas internas y logra un nuevo récord de ingresos por servicios con repunte de suscripciones
Los resultados del tercer trimestre de Apple (cuarto en su año fiscal) representan bien su dualidad como empresa de productos y de servicios.
En el primer ámbito no cumplió expectativas de los analistas, especialmente por los problemas de suministro que han complicado atender la demanda de sus productos; y en el segundo superó las cifras previstas internamente, entre otras cosas gracias a un incremento notable de suscriptores a sus servicios. El gigante tecnológico logró un total de 83.400 millones de dólares entre julio y septiembre, un 29% más que el año pasado, para completar un beneficio neto de 20.600 millones. En Wall Street se esperaba que alcanzara los 84.500 millones.
La compañía ya había alertado previamente de que las ventas de dispositivos podrían verse afectadas por los problemas logísticos que afectaban especialmente a la fabricación de sus iPhone, su mayor segmento de ventas con un 47% de mejora respecto al año anterior, en el contexto particular de la escasez de microchips. Y anticipa que esas dificultades irán a más en el trimestre en curso, el más importante en ventas por las fechas navideñas. En ese escenario alcanzó un nuevo techo en facturación por venta de ordenadores Mac, impulsados por el giro al teletrabajo que ha promovido la pandemia.
El gigante tecnológico se vio afectado por los problemas de suministro postpandemia para comercializar sus productos pero a la vez registró un nuevo techo en los ingresos generados por suscriptores, publicidad y aplicaciones.
Pero la mejor noticia la aportó la división de servicios, cuyo récord de 18.280 millones de ingresos se sustanció en parte en el incremento interanual de 160 millones de suscriptores a sus diferentes paquetes. A final de septiembre un total de 745 millones de usuarios pagaban de forma regular por el acceso a música, televisión, videojuegos o almacenamiento en la nube. Ahí también se ubican sin segregar los ingresos publicitarios, que en principio se habrían visto beneficiados por el refuerzo de privacidad en iOS, y los que genera la tienda de aplicaciones.
Este último negocio está en entredicho desde hace algunos meses, con la disputa legal con Epic Games como epicentro. El gigante tecnológico ha recurrido la sentencia de ese caso, que le obligaba a habilitar que los desarrolladores de EEUU utilizaran métodos de pago diferentes al suyo a partir de diciembre. Eso es especialmente relevante en los videojuegos y de hecho Apple ya había realizado un gesto similar para el resto de creadores, con un riesgo limitado para sus ingresos.
