Streaming (contenidos audiovisuales)

El consumo pirata de contenidos audiovisuales aumenta un 12% en cuatro años y revela puntos flacos del streaming

| 29 ENERO 2024 | ACTUALIZADO: 30 ENERO 2024 8:46

Las visitas a webs que ofrecen piezas de vídeo bajo derechos que se lucran de poner ilegalmente a disposición de terceros llegaron hasta los 141.000 millones en 2023, según un nuevo análisis de la compañía antipiratería británica MUSO y la consultora Kearney. Ese dato supone un 12% más respecto a lo que ese mismo estudio había concluido en 2019, una evolución que sus autores atribuyen en parte a la atomización del contenido en diferentes plataformas de streaming en los últimos años y la fatiga de suscripciones que eso conlleva para algunos usuarios.

El dato va en línea con lo que se viene observando en los últimos meses respecto a mayor cancelación de suscripciones de esos servicios en consonancia con su aumento de precios y el incremento del coste de la vida en general. También define el eventual escalón siguiente para algunos usuarios sobre la tendencia creciente de las altas intermitentes en servicios para ver contenidos, así como una posible respuesta por parte de otros a las estrategias para impedir el uso compartido de cuentas o la eliminación de los planes más baratos sin publicidad para redirigir altas a los que sí la incluyen.

Sin embargo, esas cifras aportan igualmente una perspectiva positiva, la del potencial de negocio que la industria puede convertir o recuperar ofreciendo alternativas que mejoren la propuesta de la piratería. Christophe Firth, socio de Kearney, resume para Fast Company en coste, disponibilidad y experiencia de visualización los factores clave que llevan a un usuario a consumir contenido ilegalmente y considera que todos ellos pueden ser abordados por las compañías que sufren el lucro cesante.

Andy Chatterley, fundador y consejero delegado de MUSO, apunta en el mismo medio que quienes ven películas o series de este modo a menudo lo hacen porque tienen problemas para acceder a ese contenido de forma legítima. Recuerda que diferentes encuestas han mostrado que por lo general los usuarios que recurren a esta vía están más predispuestos a invertir dinero en una obra si pueden acceder a ella. Por tanto la clave en parte de este auge está precisamente en que no encuentran la manera legal de ver lo que quieren o bien les resulta problemática.

Un estudio de la compañía antipiratería británica MUSO y la consultora Kearney apunta factores como el aumento de precios, la atomización del contenido y el encarecimiento general de la vida.

Esa cuestión influye en la distribución del dato general y de las cifras específicas del tipo de contenido consumido en webs piratas. Respecto a lo primero el estudio destaca que la mayor parte de las visitas a esos sitios se producen en EEUU e India, si bien Europa y Asia Pacífico acumulan mayor predisposición per cápita. De hecho es especialmente llamativo el caso de India, en donde el consumo irregular de películas se ha disparado un 80% entre 2022 y 2023, muy por encima del 6,7% global. Y sobre el segundo aspecto MUSO refleja que el 25% de lo pirateado el año pasado era anime.

Ambos factores afloran el problema de la disponibilidad por territorios según acuerdos específicos y su impacto, lo que explica igualmente la popularización del uso de VPNs para acceder a esos servicios ocultando el origen geográfico real. Y revierten la tendencia a la baja en consumi pirata que se observaba hace unos años en lugares como España.