Ángel Expósito.

Ángel Expósito (COPE): “Existe un exceso de opinión. Es más laborioso y caro preparar entrevistas, información y reportajes”

| 6 ABRIL 2022 | ACTUALIZADO: 17 OCTUBRE 2022 13:45

Ángel Expósito (1964) nos recibe al equipo de DIRCOMFIDENCIAL en la entrada de COPE, una intensa mañana informativa. Recientemente ha alumbrado a pie de calle con La Linterna lo que sucedía en Kiev o en la valla de Melilla. Con el reconocido periodista –que fue director de Europa Press y ABC– hablamos de radio, periodismo o audiencias.

 

 

En términos informativos, ¿qué ofrece la calle que no proporcione el estudio de radio?

Todo. No tiene nada que ver que yo haga una entradilla sobre el tema del Sahara en Marruecos pegado a la valla de Melilla, viendo el monte Gurugú detrás, que desde este estudio. Nada que ver. El olor, las sensaciones, el ruido, los protagonistas, la descripción no es comparable. La radio es vida, ruido y calle. Si además incluyes personajes que habitualmente no salen en los medios, la famosa frase de ‘dar voz a los que no tienen voz’, entonces siempre encuentras historias.

¿Qué tiene la radio para ser, según numerosos estudios, el medio de comunicación más creíble, por encima de la prensa y la televisión?

En la radio es imposible mentir cuando alguien te cuenta una historia. Eso es auténtico. En la tele te engaña el maquillaje, la luz, los colores. En la prensa te pueden engañar hasta las fotos, la maquetación, la literatura y la prosa. En la radio es muy difícil engañar. Por otro lado, la radio permite al oyente hacer otra cosa a la vez y eso es muy interesante. Tú estás en el atasco, en el prime time, por la mañana, por la tarde, y tú vas conduciendo y mientras tanto estás oyendo a Carlos Herrera, Carlos Alsina o Àngels Barceló. Es muy difícil que hagas eso leyendo un periódico. La radio está a tu lado siempre.

¿Cómo es la relación entre el informador y oyente?

Es curioso. Yo he trabajado también en agencia de noticias, un periódico y he hecho mucha tele, y nunca he tenido tanto retorno de la audiencia como en la radio. Nunca, ni siquiera cuando fui algo tan importante como director de un periódico. Puedes tener mucha tarjeta, sueldo, caché, pero la relación con el oyente en la radio es incomparable. La famosa frase de “me acuesto contigo todos los días”, que dicho así queda, cuanto menos, escandaloso, es completamente verdad. Pero no es que te acuestes, es que, además, conduces, cocinas, te duchas, vas a por los niños al cole y vuelves del curro todos los días. Eso es imbatible.

¿Diría que la radio, y concretamente COPE, se esfuerza en conectar con el público joven?

Eso es un estudio muy interesante que estamos viviendo en directo. Tenemos un fenómeno como el podcast, que nos puede servir para adaptarnos. La radio va a seguir existiendo, pero tenemos que ser suficientemente inteligentes para adaptar el soporte a nuestro oyente. El oyente de COPE es, por los estudios sociológicos, aproximadamente de mi edad, aunque también hay que rejuvenecer a la audiencia, utilizar un tono lo suficientemente cercano para que no parezca ni esnob ni demasiado culto, porque no lo soy. Soy un tipo normal. Nos estamos intentando acercar a todos y a los jóvenes. Estamos aprendiendo.

¿En qué punto está COPE en cuanto a su apuesta por el podcast?

Más que COPE, diría cada periodista de COPE. Yo hago un videoblog diario, que está colgado en la web y que lo puede ver quien quiera, donde le apetezca, que no se emite como tal en antena. La gran ventaja del podcast es que lo puedes oír desde cualquier lugar del mundo. La gran revolución en la radio es que, con el mismo coste de producción, te puedan escuchar en Wisconsin, Melbourne o Johannesburgo. Es una revolución planetaria.

“Por supuesto que me gustaría ganar a la Cadena SER pero no me obsesionan los datos de audiencia”.

¿Está la opinión ganando el pulso a la información profunda y de calidad?

En mi caso, tengo una tertulia de cuarenta y cinco minutos mientras que mis competidores las tienen de dos horas. No quiero meter más opinión. Existe en términos generales un exceso de opinión, la ‘tertulianitis’, la información de las tertulias. También existe la ‘declaratitis’, información de las declaraciones. Creo que es culpa nuestra, tanto de directores como de redactores jefes, porque llenamos demasiado fácil los tiempos con tertulias. Es mucho más laborioso y caro llenarlo con entrevistas, información y reportajes. ¿Está ganando el pulso? En mi caso no.

En este oficio de contar, también se cuentan oyentes. ¿Es de los que analiza minuciosamente los datos de audiencia? ¿Le preocupan?

Sería un necio si dijera que no. Por supuesto que me gustaría ganar a la Cadena SER. Estamos casi en empate técnico. Ahora, ¿me obsesionan los datos de audiencia? No, sinceramente ¿Me preocupa? Por supuesto que me gustaría ganar. Como si se lo preguntaras a Aimar Bretos, que está en la SER compitiendo conmigo. Tengo la suerte de trabajar en una empresa que se encarga del análisis de la audiencia, me dan informes, me asesoran y procuro aprender de eso. Pero no tengo tiempo para obsesionarme.

¿Qué opina de la medición del EGM?

Me alegra que me hagas esa pregunta (risas). Como dicen los clásicos, es lo que hay, marca tendencias, hay que regirse por ello, no me obsesiona, pero quiero ser líder.

¿Cómo es actualmente la relación de COPE con La SER?

Creo que más allá de determinados casos concretos y nombres propios, entre los colegas nos llevamos mucho mejor que entre los grupos o los políticos. Carlos Herrera trabajó en Cadena SER y Radio Madrid. El equipo de Deportes de la COPE nació allí, con lo que no pueden escupir contra el medio. ¿Tendrán sus rencillas? Esto es la vida profesional, pero sería terrible no reconocer de dónde vienen. Yo tengo una excelente relación con Juan Ramón Lucas y es mi competidor en Onda Cero o he trabajado con Carlos Alsina durante mucho tiempo y nos saludamos cuando nos vemos. Existe entre los colegas buena relación.

 “El verdadero número uno de la radio es Carlos Herrera”.

 ¿Qué periodistas o programas radiofónicos de la competencia le parecen grandes referentes?

En toda esta película de la competencia y la radio, creo que el verdadero número uno es Carlos Herrera. A partir de ahí venimos, a años luz, todos los demás. Dentro de la casa, como referentes, están los de Deportes. Los que más saben de radio en esta casa son: Manolo Lama, Paco González, Pepe Domingo Castaño y luego, los demás. Por este orden. A partir de ahí, Carlos Alsina, Javier del Pino o los boletines de Radio Nacional, en cuanto a la pulcritud y a la noticia.

 ¿Cuál es el mejor recuerdo que guarda ante los micrófonos?

Te voy a decir el mejor y el más profesional. El mejor, el equipo. Me han dejado hacer el equipo que me rodea y acompaña, con el que viajo por el mundo entero. Sin ninguna duda. El recuerdo más duro y a la vez el más profesional, que no olvidaré en mi vida, fue el del puente Simón Bolívar en Cúcuta, la frontera entre Venezuela y Colombia. Hemos hecho dos programas allí en pleno desastre, con Chávez muerto y Maduro en el poder, la inmigración de Venezuela. Los dos programas fueron atroces y me han marcado la vida. Puede ser el peor lugar del mundo en el que haya estado y, a la vez, el mejor programa que he hecho.

 ¿Qué le queda por hacer en la radio y en el Periodismo?

Todo. Me queda por hacer, el mejor programa posible esta tarde, o el mejor viaje posible, el mejor editorial de las ocho, la mejor historia de las once y pico con Pilar García Muñiz, el mejor Tron mañana con Herrera o la mejor entrevista a uno de mis ídolos a las 9 de la noche. Me queda por hacer todo: el mejor programa.