Alfonso de Salas, presidente de Ecoprensa, editora de El Economista.

El Economista reduce capital para compensar pérdidas de cara a su nueva etapa

| 21 NOVIEMBRE 2018 | ACTUALIZADO: 22 NOVIEMBRE 2018 9:11

El Economista trata de hacer los deberes de cara a la nueva etapa empresarial que aspira a estrenar en unos meses. En plena búsqueda de un nuevo consejero delegado que sustituya a Alfonso de Salas en sus funciones ejecutivas a frente del medio, la editora acometió en verano una importante reducción de capital para compensar el desequilibrio patrimonial provocado por las pérdidas acumuladas en los últimos años.

Según la información remitida al Registro Mercantil, los accionistas de Ecoprensa acordaron en la Junta General del pasado 26 de julio reducir el capital social en 4,3 millones de euros. Un movimiento cuya finalidad es «restablecer el equilibrio entre el capital y el patrimonio neto contable de la Sociedad, disminuido como consecuencia de pérdidas».

Al cierre del 31 de diciembre de 2017, el saldo negativo de la compañía sumaba 8,8 millones de euros, de los cuales 421.115 euros corresponden al año pasado, tal y como consta en su último informe de cuentas. Estos números rojos representan una mejora del 75% respecto al 2016, cuando se dejó 1,1 millones de euros.

A la vista de este desequilibro patrimonial, se optó por fijar el capital de la editora en 8,7 millones de euros para destinar los 4,3 millones de la reducción a compensaciones. Ello «mediante la disminución del valor nominal de todas las acciones en que está dividido el capital social en 2 euros por acción, pasando a tener un valor nominal de 4 euros cada una de ellas», refiere un anuncio del Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme).

Todos estos movimientos van encaminados a preparar al medio ante el reto de futuro que se abre ante los digitales, y que pasa en primer lugar por el cobro de contenidos

Esta decisión se tomó después de registrar una facturación de 15,9 millones de euros en 2017, cifra en línea con la de los dos años anteriores, y reducir significativamente sus costes. Tanto en materia de personal, donde cayeron hasta los 7,6 millones de euros (-8%), como en explotación, que representaron 8 millones (-9%).

Todos estos movimientos van encaminados a preparar al medio ante el reto de futuro que se abre ante los digitales, y que pasa en primer lugar por el cobro de contenidos. En este sentido, hace tiempo que El Economista trabaja en el desarrollo tecnológico y estratégico para la puesta en marcha de un muro de pago en su edición digital más pronto que tarde. La decisión se tomó hace años pero falta dar el paso definitivo, lo cual no se producirá hasta que no incorporen un nuevo ejecutivo.

A todo anterior cabe sumar el fichaje de un chief digital officer (CDO) que lidere la estrategia de desarrollo digital de El Economista en su nueva etapa, una vez rotos los lazos comerciales con Vocento. Además dela implementación de un muro de pago inteligente y flexible, este plan incluye el desarrollo de proyectos como el fondo que lanzó hace unas semanas.