Juan Caño: «He oído hablar de refundación de la APM, pero lo que debe refundarse es el concepto del periodismo»
El 19 de noviembre se celebran las elecciones para la nueva junta directiva de la APM. Una de las dos candidaturas que concurren es la de Juan Caño, que presenta una lista formada por 13 mujeres y 10 hombres, con nombres como María Rey, Francisco Javier Olave, Miguel Ángel Noceda, Mónica Tourón, Javier Galán, José Francisco Serrano, Isabel Acosta, Nemesio Rodríguez o Carmen Enríquez, entre otros.
Caño ha sido redactor jefe de Europa Press, delegado de la Agencia EFE en Londres y en Washington y director o fundador de más de una docena de revistas, entre ellas El Caso, La Actualidad Española, Dunia, Muy Interesante, Teleprograma y QUO. Durante 20 años fue vicepresidente de Hachette Filipacchi, la mayor empresa de revistas del mundo en su tiempo. Ha sido vocal de tres Juntas Directivas de la APM y presidente de ARI, Asociación de Revistas de Información. Durante 8 años ejerció como profesor de Empresa Informativa en el centro Villanueva de Madrid y en másteres de las Universidades de Navarra y Salamanca.
¿Qué propósitos le llevan a postularse a las elecciones de la APM por segunda vez?
Ha sido la petición de un grupo de personas que ya formaba parte de la junta directiva anterior y que, ante la negativa de Victoria Prego a continuar, se reunió para decidir quién la podía suceder, y me eligieron a mi. Me dejé convencer fácilmente porque amo a la APM.
Como dice, su candidatura está integrada por miembros de la actual dirección. ¿Qué cambios plantean?
Bueno, hay seis personas de la dirección actual, de un total de 26 miembros de la candidatura. Es decir, contamos con veteranía y abundante sangre nueva, la mejor combinación para llevar a cabo un proceso de mejorar, cambiar e innovar.
¿Cuáles son los principales puntos de su candidatura?
Uno de ellos es que si salimos elegidos por primera vez habrá más mujeres que hombres en la junta directiva. De esta manera reparamos un déficit histórico en nuestra Asociación y nos aseguramos de contar con la suficiente sensibilidad femenina como para adoptar decisiones y
posiciones igualitarias.
Otra novedad es que tradicionalmente hasta ahora la asociación de la prensa siempre ha tenido un presidente que procedía o había hecho la mayor parte de su carrera en un periódico tradicional o en la Agencia EFE. Yo provengo del medio revistas y estoy totalmente abierto a las
nuevas formas de hacer periodismo, como son los gabinetes de comunicación.
«La APM tampoco ha sabido comunicar adecuadamente todas las acciones que hace»
¿Cuál es la realidad actual de la asociación en su opinión?
He oído hablar de refundación de la APM, pero lo que debe refundarse es el concepto del periodismo, que está sufriendo una transformación radical. La Asociación necesita la savia de los periodistas de los nuevos medios y pondremos en marcha una batería de medidas para incentivar su ingreso en la APM, que van desde reducción de cuotas a una oferta de cursos de especialización ampliada, incluso con cursos on line para quienes no puedan seguirlos presencialmente.
En mi opinión uno de los problemas ha sido que la APM tampoco ha sabido comunicar adecuadamente todas las acciones que hace. Tiene una serie de servicios que no han sido bien transmitidos. Sin duda es uno de los puntos a mejorar.
¿Cree que la falta de incentivos justifica la ausencia de jóvenes en la asociación?
Por un lado, la sociedad actual sufre una crisis de “pasotismo” que aleja a los jóvenes de cualquier compromiso. Por otro, es verdad que la Asociación muchas veces no ha sido capaz de dar a conocer suficientemente sus iniciativas.
¿Su programa tiene en cuenta la situación laboral de los periodistas más veteranos?
Naturalmente. Una de las cosas que queremos hacer con los periodistas veteranos es iniciar programas de mentoring para que puedan ayudar a los jóvenes. También les invitaremos a que participen como profesores agregados en nuestros cursos de formación. Sus experiencias son
un verdadero tesoro.
Virginia P. Alonso, subdirectora del diario Público, publicó en verano una carta con las razones que le habían llevado a darse de baja en la APM. Uno de los argumentos expuestos era la falta “valentía, audacia e independencia para abordar los problemas de esta profesión”. ¿Está de acuerdo con esta crítica?
Creo que es muy difícil trabajar en esta profesión sin tener una serie de parámetros éticos. Y estos realmente los defiende y postula la APM. Ha sido así desde su nacimiento. Y no solamente los parámetros éticos, sino también los solidarios entre todos los miembros de esta hermosa profesión. Gracias a la APM, por ejemplo, hay muchas madres que reciben un subsidio en el parto. Esta ayuda no se conoce, igual que la que reciben los familiares de quien fallece. Es parte del ADN de la APM cuidar de sus asociados.
Pero las demandas a las que hacia referencia iban más enfocadas al respaldo de la profesión.
Es indudable que lo único que puede hacer la Asociación de la Prensa es denunciar cualquier desviación del programa ético que corresponde al ejercicio de la profesión periodística. Nosotros no somos legisladores, ni somos una empresa con capacidad de despedir y contratar. Pero puedo asegurar que la neutralidad política y la independencia a rajatabla son la bandera que enarbola mi candidatura.
Históricamente siempre se ha vinculado a su seguro médico. ¿Sigue siendo el principal reclamo para los periodistas interesados?
Es muy importante. Cuando la Comunidad de Madrid retiró las subvenciones que permitían a la APM ofrecer un servicio médico autónomo y exclusivo, nadie podía imaginarse que cuatro años después podíamos encontrarnos en la situación en la que estamos ahora. La Junta anterior negoció un seguro extraordinario con MUSA que nos ha permitido seguir gozando de excelentes prestaciones como las que ofrece la Fundación Jiménez Díaz, nuestro hospital de referencia o la red de hospitales Madrid. Permitió, además, que todos los asociados que lo quisieran pudieran entrar en la póliza, sin tener en cuenta la edad ni ser obligados a pasar un examen médico previo. Y personas que tenían enfermedades crónicas pudieron acceder al seguro, que está funcionando perfectamente y es muy satisfactorio para todos los periodistas. Cambiarlo ahora mismo considero que es una quimera.
¿Cómo piensa llevar a cabo acercamiento al mundo de la comunicación corporativa?
Preveo operaciones en doble sentido. Por un lado cursos de formación a jóvenes periodistas, impartidos por directores de comunicación de grandes empresas o instituciones y, por otro incentivos para que más dircoms se inscriban como miembros de la APM. Y todo ello aderezado con manifestaciones que pongan en valor la labor de los directores de
comunicación. Estoy absolutamente convencido de que ese campo es uno de los grandes nichos de empleo para los jóvenes periodistas.
¿Cuál es su posicionamiento respecto al plan de la FAPE de admitir únicamente a periodistas titulados?
Es un tema que no hemos debatido en Junta todavía. Considero que precisamente porque nuestra profesión no está regulada, al contrario que la de los arquitectos o los abogados, tenemos una asociación y no un colegio de periodistas. Y personalmente me parece que lo correcto es seguir así.