Julio Ariza habla de la urgencia de un estatuto del contribuyente: transparencia y equidad en el sistema fiscal
En un mundo en el que los ciudadanos están obligados a pagar impuestos, resulta fundamental establecer un equilibrio entre los derechos del contribuyente y los derechos de la hacienda pública. Julio Ariza, desde su perspectiva, pone sobre la mesa la necesidad imperante de un estatuto del contribuyente que aborde las discrepancias existentes en esta materia.
Ariza plantea la importancia de que el Estado, como receptor de los impuestos, brinde una explicación previa y transparente sobre cómo se gastará el dinero recaudado. Reconoce la necesidad de pagar impuestos, pero también defiende el derecho del ciudadano a comprender en qué se utilizarán sus recursos. Expone una preocupación en relación con los excesos de poder que algunos inspectores de Hacienda pueden ejercer, llegando al extremo de pedir justificación detallada de cada gasto realizado por el contribuyente, incluso rechazando algunos tickets bajo criterios cuestionables. Esto pone de manifiesto una asimetría desfavorable para el contribuyente, quien se encuentra indefenso y sin posibilidad de defensa ante el poderío de la hacienda pública.
Ariza subraya la importancia de la presunción de inocencia y de un trato equitativo hacia el contribuyente, instando a que el Estado realice un esfuerzo de transparencia al explicar el destino de los impuestos recaudados. Además, propone que se consulte a los ciudadanos sobre cómo desean que se gasten sus impuestos, fomentando así una participación activa en la toma de decisiones.
El de Navarra advierte que, de no seguir este camino, se corre el riesgo de desencadenar situaciones de asfixia fiscal que pueden generar malestar social. Recuerda que a lo largo de la historia, muchos regímenes han caído debido al agotamiento y abuso en la carga tributaria. Ariza destaca que «existen familias y personas que ya no pueden soportar ciertos impuestos», lo que lleva a situaciones de rechazo y descontento.
En este contexto, Ariza menciona que el sistema fiscal actual puede volverse confiscatorio y punitivo, especialmente cuando se penaliza a los contribuyentes en función de sus ideologías. Cuestiona por qué se excluye la posibilidad de utilizar los recursos públicos para acceder a servicios educativos o de salud acordes con las creencias y preferencias de cada individuo. Además, plantea el hecho de que, «en muchos casos, las plazas en colegios privados o concertados son más económicas para la sociedad que las plazas en centros educativos públicos».
Con esta intervención, Julio Ariza destaca la importancia de establecer un estatuto del contribuyente que promueva la transparencia, la equidad y la participación ciudadana en la gestión de los recursos públicos. Asimismo, hace hincapié en la necesidad de evitar cargas tributarias asfixiantes que puedan conducir a la insatisfacción y a una crisis económica. La pregunta clave que se plantea es: ¿cómo se gestionarán y financiarán las necesidades de la sociedad sin causar una carga excesiva a los ciudadanos?
Es un desafío que requiere un equilibrio delicado entre la responsabilidad fiscal del Estado y la protección de los derechos y libertades de los contribuyentes. El establecimiento de un estatuto del contribuyente que garantice la transparencia, la equidad y la participación ciudadana en la toma de decisiones fiscales es una vía para construir un sistema más justo y sostenible.