Sigue la guerra entre asociaciones: la APM tumba el informe de gestión de la FAPE

| 24 ABRIL 2017 | ACTUALIZADO: 24 ABRIL 2017 21:13

En un contexto en el que la crisis económica ha segado el puesto de más de 13.000 periodistas y se han cerrado más de 400 medios de comunicación -situación que no cesa-, las principales asociaciones del sector están en guerra.

La última batalla se ha librado con motivo de la asamblea de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), celebrada en Mérida el pasado fin de semana.

Allí, las asociaciones de Madrid, Sevilla, Valencia, Alicante y A Coruña rechazaron el informe de gestión de la presidenta de la FAPE, Elsa González; al conseguir la mayoría, con 269 votos (58%).

Los estatutos de la FAPE asignan los votos de acuerdo al número de asociados de cada organización. Madrid, con 5.785 asociados, es la primera asociación de la FAPE; seguida de Sevilla (830),  Valencia (603) y Aragón (556), que se abstuvo en la votación.

El motivo oficial de la reprobación de la gestión de Elsa González -según expresa la APM en un comunicado- fue la «vulneración de los estatutos de la FAPE en el caso de la Asociación de la Prensa de Murcia, a la que se ha mantenido como federada pese a que en febrero de 2014 ya había sido disuelta y causado baja en el registro de asociaciones de dicha región».

Sin embargo, en este rechazo mayoritario se trasluce la polémica generada en los días previos a la asamblea, desvelada por EFE el 19 de abril.

Esta agencia de noticias publicó ese día que «la asociación madrileña defiende incluir a los no titulados entre sus miembros mediante una propuesta de resolución que presentará en la asamblea que la FAPE».

En ese mismo teletipo, se recogían unas declaraciones del presidente de la Asociación de la Prensa de Málaga, Rafael Salas, en las que manifestaba que la APM trataba de dar “cobijo” al intrusismo laboral con la mencionada propuesta de resolución.

La APM denunció la «campaña pública montada en su contra en los días previos a la asamblea»

Esta información fue inmediatamente desmentida por la propia APM, que dijo que «el único objetivo de la resolución es aclarar las competencias de la Comisión de Garantías de la FAPE para que se ciñan a las funciones contempladas en los estatutos de la federación, y en ningún momento propone los cambios antes mencionados».

Asimismo, la asociación presidida por Victoria Prego mantuvo que «siempre ha defendido la titulación obligatoria para ejercer el periodismo, con la salvedad del acceso de los que sin estar licenciados puedan demostrar que llevan varios años trabajando como periodistas de forma continuada, viven de ello y su medio certifica que efectivamente están haciendo ese trabajo».

Un día después, también terció la asociación riojana que dejó escrito en un comunicado publicado por Vozpópuli que “en la batalla por la consideración y prestigio de la profesión periodística es fundamental que las personas que accedan a ella tengan la formación correspondiente. Si cedernos en aspectos tan cruciales corno este y nos ‘hacemos trampas en el solitario’, flaco favor se hace a la coherencia y reputación de nuestro colectivo”.

Con estos antecedentes, la asamblea de la FAPE prometía ser polémica. Y así fue. En el plenario de la asamblea, la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) denunció la «campaña pública montada en su contra en los días previos a la asamblea» en relación con los criterios de admisión de asociados en la Federación.

«La campaña se basó en la falsedad de que la APM había modificado tales criterios para abrir la puerta a los no titulados«, subraya la asociación madrileña.

La APM afirmó también que la campaña «trataba de impedir que, democráticamente, se debatiera en la Asamblea una propuesta de resolución para precisar las funciones de la Comisión de Garantías y Asuntos Profesionales de la FAPE».

Asimismo, la delegación de la APM volvió a a apuntar «que siempre ha defendido la titulación obligatoria para ejercer el periodismo», con las salvedades antes mencionadas.