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Demandan a Meta por su plan de pago para evitar rastreo de datos en Facebook e Instagram en la UE

| 30 NOVIEMBRE 2023 | ACTUALIZADO: 30 NOVIEMBRE 2023 10:35

El dilema entre usar gratuitamente un servicio a cambio de recibir publicidad personalizada y pagar una cifra razonable para evitarlo abre una nueva controversia en Europa. El grupo proprivacidad noyb ha presentando una demanda contra Meta ante la autoridad austriaca de protección de datos por considerar que su alternativa de suscripción a Facebook e Instagram genera una falsa idea de elección por el coste elevado de impedir el procesamiento de información personal.

El colectivo, fundado por el abogado Max Schrems, apela a que cifras de la industria sugieren que solo un 3% de los internautas desean ser rastreados en su actividad en la red y además más del 99% decide no realizar un pago cuando se enfrenta a lo que denomina “tarifa de privacidad”. Así designa a la dicotomía que Meta ha puesto en marcha en Europa desde noviembre de cara a proteger su negocio publicitario en base a la posibilidad sugerida en un fallo reciente en contra del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Sobre todo teniendo en cuenta que afronta la prohibición reciente de procesamiento de información personal para publicidad comportamental.

Si la estrategia del gigante de la web social pasa el filtro de reguladores y tribunales pronto será emulada por otras compañías en situación similar, según anticipa noyb. Y calcula que eso supondría que, en un teléfono móvil con un promedio de 35 aplicaciones instaladas según Google, mantener la privacidad podría costar en torno a 8.800 euros al año a un individuo o unos 35.000 a una familia tipo. Ese contexto debilitaría la libertad de decisión de los usuarios de ofrecer su consentimiento para que su información sea utilizada para servirles anuncios personalizados, tal y como establece el Reglamento General de Protección de Datos.

De hecho las tarifas resultan aún más controvertidas si se comparan con los datos que se extraen de los propios resultados de la compañía, que en el tercer trimestre obtuvo de media 16,79 dólares por usuario europeo. Eso equivale a algo más de 15 euros en el tipo de cambio actual conseguidos casi exclusivamente en base a la publicidad segmentada, unos 60 al año, frente a los más de 250 que costaría la suscripción.

El colectivo noyb del abogado Max Schrems reclama que el pago propuesto por la compañía supera con mucho la monetización comercial de los usuarios para forzar su consentimiento.

Esa desproporción es para noyb un elemento disuasorio para que los europeos prefieran mayoritariamente ofrecer su permiso para ser rastreados y monetizados comercialmente. Y a su vez convertiría la privacidad en algo que solo podrían permitirse aquellos con economías personales o familiares más boyantes, que no es precisamente el caso de más de un 20% de los europeos que se encuentran en riesgo de pobreza.