EEUU reclama a Australia que descarte el plan de obligar a Google y Facebook a pagar a los medios
El código de conducta que pretende forzar a las plataformas a pagar a medios australianos por el uso de sus contenidos puede contravenir el acuerdo de libre comercio con EEUU. Eso es lo que afirma el país de origen de Facebook y Google, que ha entrado de lleno en esta controversia a través de una intervención de su delegación comercial en ese país ante el comité del Senado que evalúa la propuesta, y cuyos detalles recoge The Guardian.
En concreto la representación de EEUU pidió al Gobierno australiano que retirara el proyecto legal tras calificarlo de “fundamentalmente desequilibrado” por el efecto que puede tener en el mercado publicitario una intervención de ese tipo. “En opinión de los Estados Unidos, sería preferible realizar estudios de mercado y consultas adicionales para identificar un fallo de mercado específico que podría abordarse primero a través de un código voluntario», según indica la presentación realizada por Daniel Bahar, representante comercial adjunto para Servicios e Inversiones, y Karl Ehlers, representante comercial adjunto para el Sudeste Asiático y el Pacífico.
El de la voluntariedad era precisamente el escenario del que partía la primera petición a la Comisión Australiana de Competencia y Consumidores (ACCC) para abordar la relación entre plataformas y la industria nacional de los medios. Pero en abril de 2020 el plan evolucionó a un código obligatorio impulsado por Josh Frydenberg, tesorero federal. Esa decisión vino de la mano de los devastadores efectos del coronavirus en los ingresos publicitarios de muchos periódicos, que incluso causaron la desaparición de algunas cabeceras.
EEUU ya se mostró crítico con el primer borrador de ese código y desde esas primeras quejas apenas ha habido algunos cambios que en todo caso no satisfacen sus demandas. Su delegación comercial afirmó ante el comité del Senado que la propuesta supone un “código gravoso y altamente prescriptivo sin haber establecido primero una violación de la ley australiana o un fallo de mercado”, que además está “diseñado para apuntar exclusivamente (como asunto inicial) a dos empresas estadounidenses”.
Además la intervención se hizo eco de las quejas de las plataformas al aludir al “trato preferencial” hacia los medios en el cálculo de la compensación. Según los ponentes, el texto habla del coste de la producción de noticias y su valor para esos servicios obviando el relacionado con el alojamiento de esa información en Google o Facebook y el valor aportado de vuelta a los editores. También criticó que el borrador del código permitiera y alentara la negociación colectiva de los medios australianos, en la medida en que eso deriva en “una desviación de los principios de competencia ampliamente aceptados”.
Todos esos factores podrían resultar inadecuados en el marco del tratado de libre comercio que EEUU mantiene con Australia, en concreto sobre la letra del artículo 20.5 del texto. Esa disposición requiere que ambas partes puedan disponer de instrumentos de apelación ante procedimientos administrativos o decisiones burocráticas del otro, como recordaron los miembros de la delegación comercial.
Mientras tanto Google y Facebook han mantenido su resistencia a avenirse a lo que establece ese código y han hecho diferentes movimientos en los últimos meses de cara a su eventual implantación. La red social amenaza con dejar de distribuir noticias de medios australianos y de hecho ha realizado un cambio en su normativa interna en previsión de decisiones de ese tipo; y el buscador ha trabajado en el mensaje de que la regulación propuesta empeoraría sus servicios y ha hecho últimamente pruebas en las que retiraba cabeceras locales de los resultados de búsquedas realizadas en Australia.
La situación es seguida por interés por medios del resto del mundo a la espera de que su resolución cree un nuevo marco de relación entre editores y plataformas. En Canadá los primeros ya piden imitar al Gobierno australiano.