La matriz de The Telegraph nombra a la primera consejera delegada de su historia en su momento más incierto

Anna Jones toma el relevo de Nick Hugh al frente de Telegraph Media Group en el trance más controvertido de sus 169 años de historia. La nueva consejera delegada se convierte así en la primera mujer que dirige esta compañía, ahora en el punto de mira del Gobierno británico con una segunda investigación sobre las circunstancias de la prevista cesión de control de la familia Barclay a un consorcio apoyado por Emiratos Árabes Unidos al pagar su deuda con la banca acreedora y cancelar así su subasta.

La primera fue anunciada a finales de noviembre en el contexto de la preocupación del Ejecutivo conservador sobre la posible influencia de intereses emiratíes sobre el diario más relevante para sus votantes y la revista The Spectator, igualmente apreciada. Redbird IMI obtiene la mayor parte de su financiación a través del jeque Mansour bin Zayed al-Nahyan, vicepresidente de ese país y propietario del club de fútbol Manchester City, si bien su cara visible es el exconsejero delegado de CNN Jeff Zucker.

El nuevo proceso viene provocado por un cambio de estructura corporativa de última hora en esa empresa, pocos días antes de que terminara el plazo fijado para que los reguladores ofrecieran el resultado de su investigación. A pesar de que Zucker ha apuntado que ese movimiento no ha cambiado “la identidad, naturaleza o intereses económicos de los accionistas” y RedBird IMI ha asegurado previamente que permanecería como “inversor pasivo” sin ejercer ningún control sobre The Telegraph y The Spectactor, la secretaria de Cultura Lucy Frazer se ha mostrado decidida a impulsar una nueva revisión.

Anna Jones asume el cargo mientras el Gobierno prepara una segunda investigación sobre las circunstancias de la toma de control por parte de un consorcio apoyado por Emirátos Árabes Unidos.

Esta nueva apelación al denominado aviso de intervención pública por interés público (PIIN, en sus siglas en inglés) movilizará nuevamente a las agencias Ofcom y CMA para auditar los planes de RedBird IMI y sus posibles consecuencias: la primera tiene encomendado como regulador de comunicaciones observar las implicaciones de la operación sobre la pluralidad, la presentación ajustada a la realidad de las noticias o la libre expresión de opiniones; la segunda ejercerá su prerrogativa como garante de la competencia para examinar posibles incidencias en ese aspecto.

En este contexto incierto Hugh ha dimitido con efecto inmediato y sin explicar públicamente sus motivos, tras siete años como primer ejecutivo de la editora de The Telegraph y The Spectator. Su sucesora hereda la gestión de un periódico que suma más de un millón de suscriptores entre sus productos digital e impreso, cuya aportación fue clave para que pudiera devolver en semanas el dinero público recibido en plena crisis del coronavirus. Jones ejerció como consejera delegada de Hearst Magazines UK durante algo más de cinco años y en los últimos meses venía trabajando como presidenta del comité de inversiones de Mercuri, empresa dedicada a financiar proyectos en la intersección entre las industrias de los medios y la tecnología.