Las grandes empresas españolas mueven los hilos en El País

| 27 JUNIO 2014 | ACTUALIZADO: 22 JUNIO 2015 14:44

No han pasado muchos días desde que el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, fuera destituido por el desplome de la difusión y las ventas. En diversas declaraciones, él culpaba al gobierno del PP y a la influencia de las grandes empresas españolas en el medio de comunicación. Ahora que la misma tormenta se cierne sobre El País, las declaraciones de Pedro J. no suenan tan descabelladas.

Según fuentes internas del rotativo de Prisa, muy generoso en los últimos tiempos con los logros económicos del Gobierno, la destitución de Javier Moreno está cerca. Su relevo vendría de la mano del corresponsal en Washington, Antonio Caño.

Lo que antes eran rumores, ha cobrado especial importancia este fin de semana cuando un informe de Caño a Juan Luis Cebrián, sobre la situación del diario, ha acabado en manos de decenas de profesionales de la casa. El Confidencial publicaba que, según fuentes con conocimiento de este informe, Caño escribía como «director in pectore”. En la redacción están convencidos de que esta semana habrá movimientos. En el informe también se trata la idea de que el diario está muy escorado a la izquierda, y desde la redacción se preocupan porque no están de acuerdo.

Esta reciente amabilidad del periódico de Prisa, tanto con el Gobierno como con las grandes empresas de nuestro país, no es de extrañar teniendo en cuenta lo mucho que el grupo de Polanco les tiene que agradecer. En junio de 2012, Telefónica, Santander y La Caixa entraban en el accionariado de Prisa en una especie de operación rescate a la compañía, que tenía una deuda de 3.500 millones de euros.

El País registró en 2012 pérdidas operativas de 54,54 millones de euros, después del ERE en el que se quedaron fuera 129 personas. Ese fue el primer año negativo. Con el desplome de la publicidad y el hundimiento de las ventas, hasta septiembre de 2013 se vivieron pérdidas operativas de 3,5 millones de euros. Esta situación hizo que tampoco estuviera en condiciones de rechazar ninguna ayuda, independientemente de donde viniera y de lo que le fuera a suponer en el futuro.

Los acuerdos entraban en vigor este año 2014, por lo que ahora se verá cómo estas empresas ya no tienen que ejercer su influencia con secretismo. Estaremos ante un experimento en nuestro país: un medio de comunicación de referencia estando públicamente en manos de la gran industria nacional.

En una entrevista con el Corriere della Sera, Pedro J. denunciaba que su salida de El Mundo se había producido por las presiones del Gobierno de Mariano Rajoy, “tras haber publicado importantes revelaciones sobre el extesorero del partido, Luis Bárcenas, y la contabilidad B de la formación”. Para descubrir el brazo ejecutor, afirmaba que “no hace falta dar los nombres. Todo el mundo lo sabe. Las grandes empresas españolas que operan en la Bolsa de Madrid”. Ellas copan el grueso de la publicidad y mantienen una estrecha relación con el Ejecutivo. Ahora, si se tiene en cuenta la destitución dePedro J. y los más que posibles cambios en El País, con la presencia a cara descubierta de las grandes empresas en su accionariado, no cabe duda de que ambos rotativos serán más sensibles a los intereses de Telefónica, el Banco Santander o La Caixa.