OpenAI desvela su plan para convertirse en una empresa estándar
El año que viene OpenAI estrenará una nueva estructura para administrar su negocio. Según acaba de desvelar, transformará su actual entidad con ánimo de lucro en una corporación de beneficio público (PBC), una estructura que permite a las compañías equilibrar los intereses de accionistas y otros actores clave con una orientación hacia la toma de decisiones beneficiosas para la sociedad.
En ese proceso su pata sin ánimo de lucro mantendrá una parte de la propiedad de esa nueva entidad, con lo que dispondrá de más recursos para trabajar en áreas que el consejero delegado Sam Altman considera intrínsecas a la misión de OpenAI. Y quedaría garantizada así la sostenibilidad de sus esfuerzos a lo largo del tiempo, ya bajo la gestión de un nuevo equipo directivo que se centraría en iniciativas sobre educación, ciencia o atención médica.
Según explica la compañía, esta reestructuración permitirá que cada brazo haga su labor con independencia, que es algo que no sucede actualmente. El modelo vigente de gobernanza refleja la evolución desde el laboratorio creado en 2015 para trabajar en inteligencia artificial bajo un modelo sin fines de lucro y potenciado por donaciones, hasta la conversión en 2019 en una startup con una pata con ánimo de lucro.
En esos primeros compases de la iniciativa Elon Musk llegó a aportar algo menos de la tercera parte de los 137 millones de dólares recaudados en donaciones. Sus protestas, posteriormente convertidas en demandas que ahora tienen el apoyo de Meta, se basan en considerar injusta la posterior creación de una pata con ánimo de lucro que en primera instancia levantó más de 100 millones de dólares en una ronda de inversión y posteriormente recibió 1.000 millones de Microsoft.
Y eso marcó el inicio de la fase de desarrollo que llevaría al lanzamiento de ChatGPT a finales de 2022, el movimiento clave que marca el inicio de la escalada tecnológica que vivimos en la actualidad. Actualmente más de 300 millones de personas usan cada semana ese bot conversacional, sobre el que OpenAI acaba de abrir al público general una derivada para búsquedas que compite directamente con Google.
La nueva reestructuración coincide en el tiempo con un replanteamiento general de posibles vías de ingresos en la compañía, que incluyen la eventual introducción de publicidad. En ese contexto OpenAI ha fichado recientemente a su primera directora de marketing. En octubre la compañía levantó la mayor ronda de capital riesgo de la historia, 6.600 millones de dólares, que catapultó su valor hasta los 157.000 millones.