The New York Times retira la parrilla de televisión en su edición impresa tras 81 años

| 1 SEPTIEMBRE 2020 | ACTUALIZADO: 11 NOVIEMBRE 2020 12:05

El último fin de semana de agosto cierra una etapa de más de ocho décadas en The New York Times. La programación televisiva desaparece del diario impreso, aunque desde hace años ya solo iba incluida en la edición para la ciudad de Nueva York. Esta retirada se debe a la multiplicación de las opciones de consumo audiovisual bajo demanda y la representatividad decreciente de la programación en línea en ese escenario, tal y como explica el propio periódico.

Este movimiento cierra un proceso que se venía gestando a lo largo de los últimos años. En 2006 The New York Times había dejado de publicar su semanario televisivo y aquello supuso un alud de quejas por parte de los lectores a los que esta publicación les permitía navegar una enorme oferta que aún estaba condicionada por grandes audiencias de televisión por cable. En la actualidad, con plataformas como Netflix, HBO o Disney+ acaparando cada vez más tiempo de los televidentes y las bajas del cable como tendencia más que acusada, la programación en línea pierde cada vez más vigencia para los lectores.

Por otro lado, eliminar la parrilla simplifica el trabajo de la sección de Artes del periódico, ya que ahora sí contendrá la misma oferta para todos los suscriptores, unos 900.000. Eso aligera el proceso de producción y distribución de los ejemplares, algo que resulta crucial en el contexto de la pandemia y las dificultades que plantea en ambos aspectos.

En todo caso, The New York Times reafirma su apuesta por seguir cubriendo la actualidad televisiva de manera amplia y relevante, pero eso incluye desde hace años hablar de los contenidos que entran y salen de plataformas en las que el consumo no está determinado por una programación general. Para abarcarlas de una manera razonable, el diario mantiene listas de recomendaciones en cada uno de los grandes servicios.

Ese torrente de contenidos obliga a que los periodistas de la sección sean más selectivos en su cobertura, de forma que puedan atender mejor el interés real de los lectores del diario y tratar de forma acorde los fenómenos televisivos allá donde se produzcan, y más a la hora de publicar sobre ellos en la edición impresa. El consejero delegado saliente del periódico cree que a ese producto le quedan menos de 20 años de vida.