El País cierra Verne como parte de su reorientación estratégica hacia las suscripciones
La sección de cultura digital de El País se despide de sus lectores tras casi siete años de andadura. Verne ha comunicado el final de su actividad como entorno temático diferenciado, apenas unos días después de que Jaime Rubio, su último responsable, fuera designado editor de boletines del periódico. Antes que él habían sido promocionados desde ese rol Lucía González, jefa de Desarrollo de Audiencias, y Mariluz Peinado, miembro del equipo de Estrategia Digital del diario. Delia Rodríguez, fundadora y responsable de la sección hasta 2015, actualmente es directora del Departamento Digital de la Secretaría de Estado de Comunicación.
Verne ha funcionado a lo largo de su existencia como un polo de atracción de nuevos lectores mediante historias diferentes o enfoques originales muy pegados a lo que estaba sucediendo en redes sociales, pero con una vocación de rigor periodístico que a menudo no se asocia a esa clase de contenidos. También ha sido un espacio de experimentación en formatos para adaptar esos temas a dinámicas de consumo variadas.
Según la nota de despedida, Verne llegó a tener una plantilla de ocho personas en España y otras tres en México, cuya versión nació en 2016. Y su aportación a El País se cifra en siete millones de usuarios mensuales. Sin embargo el mayor beneficio de este proyecto no ha sido el tráfico generado, sino la cantera de profesionales que ha ido generando para innovar desde dentro en la redacción y aportar puntos de vista diferentes. De hecho la mayor parte de los periodistas que han ido pasando por el proyecto hoy están diseminados por la redacción en diferentes roles.
El diario de Prisa pone punto y final a la trayectoria de su vertical de cultura digital en un contexto de reorganización interna y enfoque en las suscripciones.
Fuentes internas indican que este movimiento se enmarca en la estrategia de concentración de recursos y atención en el modelo de suscripción que El País lanzó en mayo de 2020. El diario generalista de Prisa terminó ese año con alrededor de 84.000 lectores de pago y está haciendo cambios internos progresivos de cara a optimizar su estructura y procesos en torno a ese objetivo. En ese contexto se ha producido el cierre y asimilación de contenidos de las revistas Buena Vida y Retina, algo similar a lo que El País hace ahora con Verne, y están sobre la mesa eventuales ajustes salariales.
El cierre de esta sección se produce además en un escenario de pérdida notable de relevancia de Facebook como emisor de tráfico para los medios, como consecuencia de los diferentes ajustes en su algoritmo a partir de 2016 . Verne inició una tendencia que tuvo continuidad en diferentes medios españoles con proyectos como el clausurado Eslang en Vocento o Fcinco en El Mundo. Hoy el encaje de esa clase de verticales es más complicado en medios que apuestan por muros de pago, en la medida en que no estaban pensados para ese esquema.
