Ignacio Polanco, presidente ejecutivo de Timón y de la Fundación Santillana.

Los Polanco piden un crédito de 38,6 millones para no perder posiciones en Prisa

| 4 SEPTIEMBRE 2018 | ACTUALIZADO: 5 SEPTIEMBRE 2018 9:15

Los hijos de Jesús de Polanco llevan mucho tiempo considerando el Grupo Prisa como un verdadero dolor de cabeza. La desventura protagonizada por la dueña de El País ha ocasionado pérdidas millonarias en el patrimonio de la familia.

El menoscabo se ha hecho notar especialmente en Rucandio Inversiones Sicav, sociedad a través de la cual vehículaban su inversión en la compañía. Y es que el desplome del valor de las acciones les llevó a registrar un deterioro en su participación de casi 39 millones de euros durante el ejercicio 2017.

Pese a los deterioros registrados en este tiempo, los herederos del histórico fundador siguen considerando su participación en Prisa como un activo estratégico. De ahí que decidieran crear a finales del año pasado la estructura Aherlow Inversiones para concentrar las acciones de la editora que poseen a través de Timón, la patrimonial de todos sus negocios.

Así, los Polanco ejercieron su correspondiente derecho de suscripción en la ampliación de capital de 450 millones de euros llevada a cabo por Prisa en noviembre del 2017. Rucandio desembolsó 46,6 millones de euros para alcanzar una participación del 8,4%.

Rucandio desembolsó 46,6 millones de euros en la última ampliación para alcanzar una participación en el 8,4%

Según consta en el informe de gestión de la sociedad, esta inversión fue financiada parcialmente mediante un préstamo bancario de 38,6 millones de euros, con fecha de vencimiento a cuatro años.

Todo para no perder peso en Prisa, donde en el espacio del último año la familia Polanco ha pasado de ser el segundo accionista, a figurar como el cuarto, por detrás de Amber Capital (26,9%), HSBC (10%) y Telefónica (9,4%).

A la segunda fase de la ampliación, acometida en febrero de este año, se acudió por medio de Aherlow.

Rucandio registró el año pasado una facturación de 60,9 millones de euros, cifra que casi triplica los 21,6 millones del 2016. Esta mejora se explica por los ingresos que obtuvo la familia del desarrollo residencial del Complejo Abama en Tenerife. No obstante, el quebranto de Prisa en los mercados les hizo cerrar con un roto de cinco millones de euros, frente a los 94,4 millones de beneficios del año anterior.