Pedro J. Ramírez arremete contra comScore y pide un doble sistema de medición

| 29 JUNIO 2017 | ACTUALIZADO: 30 JUNIO 2017 9:24

Todas las críticas de la prensa digital terminan revirtiendo en comScore. Ya sea porque las cifras de tráfico que arroja el medidor nunca coinciden con las estimaciones internas de los medios, o porque sus herramientas y fórmulas directamente no parecen convencer a los actores del sector, se aglomeran las voces que a la menor ocasión reclamaban un cambio de auditor con prontitud.

Los plazos están más que definidos. Tras la decisión de prorrogar por un periodo de dos años acuerdo marco con comScore, que aun sumando prórrogas venció a finales de 2016, el medidor que resulte elegido en el próximo concurso no comenzaría a trabajar hasta finales de 2018. Y pese a que esta ampliación llevaba aparejada ciertos condiciones para comScore, algunos medios no ven la hora del relevo.

Uno de ellos es Pedro J. Ramírez. El director y fundador de El Español abrió su intervención en la Junta General de Accionistas del medio destacando su «prodigioso crecimiento» de audiencia registrado en su año y medio de vida. Según anunció, el proyecto superó los 22 millones de usuarios únicos el pasado mes de mayo.

«Quien dice que El Español tiene 22 millones de usuarios únicos es Google Analytics y quien certifica que la medición es correcta es la OJD interactiva», afirmó el periodista ante sus accionistas. Estas palabras buscaban puntualizar el tráfico de 7,3 millones que le atribuye comScore, la referencia oficial para bien y para mal de la industria, en su última medición.

Considera que lo deseable sería la convivencia de un doble sistema de medición y auditoria que fuera compartido y respetado por todos

Ciertamente, El Español no es ni el primer ni el último medio en poner en entredicho las métricas oficiales, pero para Pedro J. Ramírez la fotografía que vale es la que arroja la herramienta de Google: «no os dejéis manipular por los relatos de parte. En el mundo digital hay muchas formas de medir y muchos intereses creados; por ejemplo en la relación entre agencias de publicidad y anunciantes. Al final, cada uno habla de la feria según le va en ella, y no faltan los que presumen de lo que más carecen».

El director de El Español expresó su convencimiento de que lo deseable sería la convivencia de un doble sistema de medición y auditoria que fuera compartido y respetado por todos los actores del sector digital. «Podría hacerse mediante una o varias empresas en cada una de sus fases», comentó, siempre y cuando cumplieran cinco circunstancias. Algunas se mueven en una dirección diametralmente opuesta a la seguida por comSore.

1: «Que la medición se haga mediante herramientas adecuadas a la realidad de un consumo digital que mayoritariamente se efectúa a través de dispositivos móviles». Esta reclamación hace referencia a la que, todavía a día de hoy, sigue siendo una de las principales reclamaciones del mercado.

2: «Que su claridad y transparencia garanticen la equidad (como es el caso de Analytics), descartando las fórmulas abstrusas, o no digamos secretas, vedadas al conocimiento de los medios, anunciantes y público en general, que puedan alentar las sospechas de arbitrariedad».

3: «Que la empresa o empresas que hagan la medición estén al servicio de los medios, en lugar de servirse de ellos; como por ejemplo supondría el divulgar sus datos al margen de su voluntad o el imponer condiciones draconianas en su relación». En este punto, el periodista criticaba las incidencias que acostumbra a reportar comScore cuando un medio hace públicos su tráfico sin consultarlo previamente.

4. «Que se sometan a una auditoria externa, ajena también a los convocantes del concurso, de forma que la transparencia y equidad estén garantizadas por un tercero con experiencia y cualificación, como es el caso de la OJD interactiva».

5. «Que sus resultados respondan con prontitud a las quejas de medios, anunciantes y publico en general, reconociendo y rectificando los errores cometidos sin tapujos ni eufemismos», concluyó Ramírez en clara alusión a los retrasos de comScore en la implantación de novedades.