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Alejandro Abascal Hernández: Es posible gestionar la Caja de Pandora

| 9 AGOSTO 2022

Según los últimos índices y ránkings de prestigiosas publicaciones como Forbes o Brand Finance, el valor de los intangibles ya supone, en algunos sectores, el 80% del valor total de las empresas. El último GIFT (siglas de Global Intangible Finance Tracker, estudio de referencia de monetización de intangibles) cifra en 40 billones de dólares el valor que aportan la reputación, la confianza, la marca o la transparencia a las compañías.

Si nos centramos en España, en marzo de 2020 Brand Finance lanzaba su informe España 100, sobre las marcas más valiosas y fuertes en nuestro país. En el estudio, empresas como Santander, Zara, Repsol, BBVA o Paradores copaban los puestos más altos, en coherencia con los resultados financieros de ese ejercicio. Buena parte del éxito intangible de estas compañías tiene su origen en la gestión de la reputación que sus CEOs están realizando desde hace unos años tanto de su visión personal como de liderazgo.

Internet se ha convertido en la gran Caja de Pandora que todo lo almacena. En el relato mitológico, cuando Pandora abrió la vasija, de ella salieron todos los males del mundo. Por desgracia, algo parecido suele ocurrir con internet: cuando investigamos sobre algo lo negativo, lo falso o lo desfasado es lo primero que encontramos.

Desde el prisma empresarial, es necesario proteger y gestionar la información que pudiera ser perjudicial, y que, apareciendo en Internet, pudiera afectar su imagen desvirtuándola. Más datos: actualmente, el 91% de las personas que compran o venden algún bien o servicio consultan en internet información sobre esa adquisición. Vivimos en plena economía digital, la reputación online es un activo que ya no se puede dejar a la deriva y que afecta directamente a la rentabilidad empresarial.

Algo que ya suponíamos, pero la experiencia nos ha demostrado, es que la reputación en Internet es algo que nos puede llegar a afectar a todos: desde a un funcionario a un emprendedor; desde un pequeño negocio de fontanería a una multinacional. Todos hacemos uso de internet para tener más información, pero no siempre la información que aparece es verdad ni beneficiosa para nuestro objetivo.

«Según los últimos índices y ránkings de prestigiosas publicaciones como Forbes o Brand Finance, el valor de los intangibles ya supone, en algunos sectores, el 80% del valor total de las empresas».

En el nuevo contexto económico en el que estamos inmersos, las empresas y las personas dependen de su imagen y la información en la red fluye muy rápido, sobre todo la negativa y la perjudicial.

La reputación online es una preocupación en aumento, especialmente tras la pandemia donde prácticamente vivíamos y trabajábamos de manera virtual. Ahora buscamos trabajo por Internet, gestionamos nuestros servicios básicos de vida, tomamos grandes decisiones en torno a lo que leemos en Internet y, por tanto, lo que dicen o queda almacenado de nosotros en Internet tiene una relevancia de largo alcance.