Rodrigo Ron: ¿Tienen sentido tantos festivales publicitarios?

| 27 MAYO 2016 | ACTUALIZADO: 17 SEPTIEMBRE 2020 13:09

En el año 1998 conocí por primera vez el significado de la palabra trucho (campaña ficticia creada solo para festivales). Ese año empecé a trabajar para el Festival El Sol, por aquel entonces Festival Publicitario de San Sebastián. Curiosidades de la vida ese año el festival celebraba su 13 edición y este año cumplirá su 31, los mismos números pero al revés.

Han pasado ya 18 años y muchas cosas han cambiado, pero la pregunta en los entornos publicitarios y de comunicación sigue siendo la misma ¿festivales sí o festivales no? A mi esta pregunta me parece la verdad muy simplona, es como preguntar ¿restaurantes sí o restaurantes no?, pues es tan claro que la respuesta sería buenos restaurantes sí, malos restaurantes no, pues eso es lo mismo que sucede con los festivales.

Los festivales que aportan algo a la industria publicitaria o de la comunicación tienen todo el sentido. Por otro lado me sorprende y me parece cómico que algunos de los grandes creativos, de repente dejen de creer en los festivales, en esos mismos festivales que los endiosaron tiempo atrás, es decir una vez yo ya lo gane todo, ahora ya no sirven ¿raro, no?

Hay festivales, grandes, festivales, pequeños, internacionales, locales, generalistas, temáticos, etc. Pero lo mas importantes es que sean festivales SERIOS, es decir que tanto los criterios como los parámetros de votación sean rigurosos. También es importante que los festivales sean DISTINTOS, es decir QUE VENGAN A PREMIAR E INCENTIVAR A UN SECTOR DE LA COMUNICACIÓN, QUE LO NECESITA, no tiene ningún sentido la proliferación de festivales que son clones.

Miliki y el Chavo, creativos

He tenido la suerte de asistir a múltiples festivales como El Sol, Fiap, los EFI (Premios Eficacia), el Ojo, El Chupete, etc. En todos ellos siempre aprendes algo o conoces a gente interesante. Pero si tengo que hablar de aprendizaje, yo destacaría por encima de todos a El Sol. Un festival al que le tengo especial cariño, ya que es donde aprendí todo lo bueno y lo no tan bueno de los festivales publicitarios.

Este aprendizaje unido a mi experiencia en el mundo de la comunicación infantil, hizo que 7 años después Miguel Ángel Carvajal y yo creáramos El Chupete, con el objetivo de cuidar de la publicidad y comunicación infantil desde el reconocimiento de las buenas campañas y trabajos. Han pasado 12 años desde entonces y muchas historias que poder contar: El apoyo a ciegas de Luis Bassat cuando El Chupete era solo una idea escrita en una servilleta, las grandes rivalidades en las reuniones de jurado, descubrir la alta calidad humana de la gran mayoría de los publicitarios, la gran acogida en Latinoamérica, las audiencias y el apoyo de S.M. la Reina Doña Letizia.

Pero sin duda dos historias casi paralelas que he tenido la oportunidad de conocer a través de El Chupete son las vidas de los que son probablemente los dos mejores comunicadores infantiles de España y Latinoamérica, Emilio Aragón “Miliki” y Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”. Los dos fueron premiados en el festival por su trayectoria en la comunicación con los niños, pero lo que llama mas la atención es que ambos antes de triunfar con Los Payasos de la tele o El Chavo y El Chapulín, habían trabajado como creativos publicitarios y hablaban de ello con gran orgullo y nostalgia.

Estamos viviendo una auténtica revolución digital que esta cambiando la forma de consumir medios de comunicación y por tanto la manera de hacer publicidad. De la misma forma que las agencias publicitarias están cambiando, también lo deben de hacer los festivales como reflejo del cambio que estamos viviendo. Si un festival quiere seguir siendo relevante para agencias y anunciantes, tendrá que cambiar y digitalizarse.

En definitiva, llega la época de los festivales publicitarios y la pregunta vuelve a estar en boca de todos ¿tiene sentido la existencia de tantos festivales? Yo sigo pensando que lo importante no es cuantos allá, si no, si realmente aportan algo interesante al sector publicitario. Si la respuesta es sí, entonces para mí, tiene todo el sentido.