Amazon revela que tiene 181 M de usuarios en la UE y 25 de ellos están en España
Más de 181 millones de usuarios y más de 150.000 empleados. Esas son las cifras clave del primer informe semestral de transparencia presentado por Amazon en el contexto de sus obligaciones respecto a la Directiva de Servicios Digitales (DSA). El primer mercado comunitario por clientes de esa compañía es Alemania, con 60 millones, seguido de Italia con 38, Francia con 34 y España es su cuarto país más relevante de la UE con 25 millones. Nuestro país es uno de los ocho de la región en los que el gigante del comercio electrónico tiene presencia logística importante y el cuarto en cuanto a número de ciudades con sedes corporativas, un total de dos.
Más allá de eso, España aparece en el documento como el segundo país de los auditados en cuanto a número de peticiones registradas por parte de las autoridades nacionales, más de 2.200 que solo quedan por detrás de las 4.500 de Alemania. Eso supone el 25% de todas las presentadas entre enero y junio de este año por los diferentes gobiernos con intención de obtener información de usuarios concretos del servicio.
Amazon indica igualmente que los reguladores españoles se han puesto en contacto con ella en más de 100 ocasiones en el periodo indicado, el 9% del total registrado y solo por detrás de Alemania, por lo general para indicar la actividad de un actor problemático. La empresa asegura que esos casos han sido resueltos en promedio en dos días.
El gigante del comercio electrónico tiene que presentar dos veces al año este tipo de informes ante la Comisión Europea como plataforma con al menos 45 millones de usuarios en la UE. En ellos debe explicar a las autoridades comunitarias su evaluación particular de riesgos y cómo los minimiza, así como los resultados de esas medidas.
El gigante del comercio electrónico ha registrado en nuestro país el 25% de todas las peticiones de gobiernos sobre usuarios entre enero y junio de este año.
Lo que sí ha podido evitar Amazon de momento es verse obligada a crear una biblioteca de anuncios para sus usuarios en la zona tras recibir un fallo a favor por parte de la Justicia europea. La compañía argumenta al respecto que su negocio no es esencialmente publicitario, a pesar de que es una partida creciente en sus cuentas, ni tampoco se basa en contenidos que requieran la supervisión desde el punto de vista desinformativo o de discursos de odio que sí se da en el caso de las plataformas de Meta o Google.
