AT&T segrega WarnerMedia para fusionarlo con Discovery y formar un gigante de los contenidos

| 17 MAYO 2021 | ACTUALIZADO: 19 MAYO 2021 8:58

La guerra de streaming ha tomado un giro inesperado. AT&T ha enmendado la compleja compra que hizo hace apenas tres años y ha separado los activos de Warner en una empresa separada para fusionarlos con Discovery, con el objetivo de formar un conglomerado que pueda competir mejor en el escenario actual de servicios a la carta. Si los reguladores dan el visto bueno, la operación unirá Warner Bros, CNN o HBO con HGTV, Animal Planet o Food Network, además de dos plataformas de televisión a la carta.

Según lo que ambas partes han indicado en el documento registrado en la Comisión de Bolsa y Valores de EEUU (SEC), AT&T recibirá 43.000 millones de dólares en efectivo y títulos de deuda, así como la retención de cierta deuda de WarnerMedia. Los accionistas de la operadora recibirán acciones equivalentes al 71% de la empresa resultante de la fusión, mientras que los de Discovery serán propietarios del resto. Si todo va según lo previsto, la nueva compañía quedaría ya armada a mediados de 2022, y al año siguiente podría generar en torno a 52.000 millones. La operación generaría “sinergias de coste” de al menos 3.000 millones, lo que significa un número incierto de despidos.

Esa empresa, que aún no tiene nombre, tendrá al frente al actual presidente y consejero delegado de Discovery, David Zaslav. Y también dispondrá de un comité directivo compuesto por 13 personas, de las que siete serán nombradas por AT&T y las otras seis serán designadas por Discovery. En principio será por tamaño un rival a la altura de Netflix y Disney+, las dos plataformas de streaming que han capitalizado el mayor número de altas durante la pandemia mientras se desplomaba el número de abonados a la televisión de pago tradicional en EEUU. Los dos protagonistas de la eventual fusión se ven seriamente afectados por esa tendencia.

A falta de obtener el permiso de los reguladores, la operación crearía un conglomerado capaz de competir con Netflix y Disney+ en el complejo mundo del streaming.

El documento no aclara cuál sería el escenario futuro para HBO Max y Discovery Plus, los dos servicios de streaming que ambos tienen en marcha actualmente: el primero está en preámbulos de lanzamiento internacional y de estreno de una versión más barata con anuncios, bajo la perspectiva de sumar suscriptores gracias a una estrategia de estrenos simultáneos a las salas que ha causado críticas; y el segundo se lanzó a principios de este año y su rendimiento es incierto entre tantos competidores.

Este movimiento se produce pocos días después de que Verizon vendiera su división de medios al fondo Apollo Global Management y el trasfondo resulta muy semejante en ambos casos: el consejero delegado actual de cada operadora considera que la inversión en activos de contenidos que realizó su predecesor no tiene sentido económico en la situación actual, en la que resulta más adecuado liberar recursos para frentes clave como el 5G, y decide vender quedándose una participación relativamente minoritaria.

AT&T había pagado 85.000 millones por Time Warner en 2018, tras una intensa batalla con el Departamento de Justicia de la administración de Donald Trump. La idea era crear un gigante que mezclara continente y contenidos, pero los analistas consideran que esta operación es un reconocimiento explícito de que no fue buena idea, igual que sucede en el caso de Verizon. Para ambas empresas resulta más importante hoy centrarse en su negocio esencial de conectividad, que ha registrado mayor demanda que nunca con el coronavirus, y en el que además cuentan con la competencia de la compañía resultante de la fusión entre T-Mobile y Sprint en 2020.

John Stankey, consejero delegado de AT&T desde ese mismo año tras haber ejercido previamente como primer directivo de Warner, resume el movimiento en que “las cosas han cambiado un poco desde que hicimos esa transacción”. Los servicios de streaming requieren inversiones muy importantes en contenidos y el actual balance financiero de la operadora no permitía sostener ese frente mientras incrementaba su esfuerzo en la tecnología 5G que pronto demandarán sus clientes.